viernes, 1 de agosto de 2008

"El Ángel de la Guarda"

Aquella ocasión la escuché por primera vez. Me encontraba solo en mi estudio envuelto en un embrollo sentimental, sin saber cómo resolverlo. Trataba de dilucidarlo entre lo que creía era mi razón, la razón que en varias situaciones semejantes la había dado como consejo, y ahora no me parecía lógica. No era lo que sentía mi corazón, no. No partía de ahí mi sentimiento ni tampoco de mi cerebro. ¿Qué hacer?, no lo sabía.

Cuando más ensimismado estaba, lo escuché... dando un salto de mi asiento. Asustado me levanté y pregunté:

-¿Quién es? ¿Quién habló?... -nadie, ninguna respuesta. Estaba solo.

Entonces, ¿qué sucedió? Porque sí escuche una voz... Callé y recordé palabra por palabra y hasta el timbre de la voz, cuando dijo:

-"No tienes que perdonarla, tú lo has hecho también. No la acuses, al contrario, compréndela. Mucha es tu culpa".

¿Era una opinión o un consejo? No, nada de eso. Era la solución a mi confusión emocional; con determinación apliqué lo escuchado con un buen resultado.

•••

Me olvidé de lo sucedido y en decurso de varios meses, estando trabajando en un análisis de dos opciones para precisar cuál era la mejor, cuyo planteamiento me propuso el jefe de la empresa. Concentrado en el problema, me zumbó un oído, fuerte, continuo y largo. A su término volví a escuchar la voz. Entonces recordé que la vez anterior, previo a escucharla, me había zumbado también un oído, introduje el dedo meñique en mi oreja e inclinando la cabeza lo sacudí, para eliminar el molesto oído; pero no lo logré. Ahora, nuevamente después del zumbido volvía la voz a escucharse:

-"Ninguno. Pregunta si hay más opciones, revísalas. Quizá haya una mejor". -Me levanté y fui a consultar al jefe. Se molestó por mi petición, la resolución urgía, pero insistí.:

-No se preocupe, el resultado lo tendrá hoy mismo. Sólo pregunto si hay algunas ideas más... -Abrió un cajón de su escritorio, me alargó una carpeta, diciendo:

-Tenga, yo las revise todas y las que le entregué me parecen las mejores. Nada más va a perder el tiempo. -Tomé el expediente y regresé a mi escritorio. Revisé las opciones rechazadas y... sí, con una ligera modificación se tenia una alternativa más práctica, económica y de rápida aplicación. La separé, en una copia efectué los cambios necesarios y resultó la mejor opción.

Contrariado pero aceptando, el jefe me dijo:

-Tiene razón, ésta es la mejor, ¿Cómo se le ocurrió?

-Quizá una corazonada, quizá mi instinto, es que las opciones iniciales no satisfacían las necesidades del trabajo, -le contesté.

Por la noche antes de dormir pensé en lo sucedido. No recordaba haber tenido antes de estas dos vivencias, ninguna otra. Y deseando volver a experimentar el suceso, me dormí.

•••

Crecieron mis hijos y con el mayor tuve problemas. Si ocurriera en otros hogares y me pidieran alguna opinión, diría que era un problema normal. Pero sucedía en mi propio cuero. ¿Qué decisión debería tomar?, estaba pensativo cuando... ¡Se repitieron los hechos anteriores!... Zumbido y voz:

-"¡Déjalo ir!, es necesario para su madurez. Después recapacitará y todo volverá a la tranquilidad". Así lo hice, comprendí que no era mi vida, sino la de él. Mi hijo se fue a los pocos días y con el paso de los años fue su mejor alternativa.

A partir de la noche de ese día me concentraba y preguntaba:

-¿Quién me habla? Le escucho, hago lo que me dice, pero... ¡No sé quién es!... Mi conciencia no, le oigo diferente... -Y con estos pensamientos me quedaba dormido. Hasta una noche no recuerdo cuanto tiempo había transcurrido, lo escuché. Dormía, pues lo evoco como soñando cuando me habló:

-"No, no soy tu conciencia, ésta radica en tu alma. El alma te sirve entre otras muchas facultades para discernir el bien del mal, para reflexionar y principalmente para hablar contigo mismo. Yo sólo te aconsejo y acompaño siempre. Cuando dudas en situaciones que mejoren o afecten tu vida, estoy a tu lado aconsejándote".

-Entonces, eres para mi un ser que me protege, ¿como un ángel? -recuerdo que le pregunté.

-"Sí, soy tu ángel, así nos llaman ustedes. Pero en realidad soy tu guía espiritual".

Desperté, la voz la oí dentro de mi cuarto, como si estuviera presente y sentado al borde de la cama, no dentro de mí.

•••

Poco a poco los sueños donde escuchaba su voz se manifestaron más cerca uno de otro, luego lo lograba en estado de vigilia, para finalmente como me explicó después, en cada momento que me concentraba obtenía la comunicación. Fui acumulando sus explicaciones como respuestas a mis múltiples preguntas, que ahora reproduzco en una secuencia ordenada y resumida como si hubiera sido en una sola plática y no como se llevo a cabo, en muchas noches de desvelo:

-Pero ¿por qué te escucho?. Fue de mis primeras preguntas.

-"Cuando un organismo- llamémoslo así por el momento, no está condicionado para recibir contactos de su guía, necesita primero ejercitar la concentración mental, coordinándola con una respiración profunda y acompasada que permite aumentar el magnetismo corporal -o sea la energía eléctrica de tu cuerpo-, haciendo más receptivos tus sentidos; segundo, desear intensa y sinceramente que haya contacto pidiendo ayuda, como lo has hecho en tu caso, y finalmente educando y disciplinando tu mente para ser iniciado en esta comunicación. Por lo tanto las vibraciones como señal de inicio de nuestra relación, te llegan cuando te encuentras abstraído o entrelazado en los estados de sueño y vigilia, en el tiempo que tienes la mente limpia. Estas vibraciones te producen el zumbido en el oído, antes de oír mi voz".

-¿Pero por qué yo?, -pregunto angustiado.

-"Quiero decirte que no eres tú, el único. El programa lo lleva una enorme cantidad de guías con miles de verdadero nombre como se conoce al humano-, que pueden tener contacto. Considerando un alto porcentaje de éstos que no lo logren, se escogen los mas idóneos que tengan gran capacidad de aprendizaje y docencia, preparar su raciocinio para aumentar sus conocimientos y aclarar el oscurantismo que nubla sus mentes y sus pensamientos y alistarle para recibir la próxima época que se avecina, época que será de gran reflexión y espiritualidad".

-Se escoge tu unidad encarnada por el poder de concentración, por el avance que lleva tu alma que permite entablar una conversación, sin causarte pánico, sólo asombro y sirvas como medio para conocer y de alguna manera por que nadie te lo va a creer, enseñar lo que llegues a aprender".

•••

Ya con un poco más de confianza, pero aún teniendo cierto miedo, comencé preguntando:

-¿Qué diferencia existe entre alma y espíritu? ¿Ambas son lo mismo y están unidas en la vida del hombre? Explícame.

-"El cuerpo es materia y la materia se transforma en energía y viceversa, o sea que la energía no es mas que una manifestación de la materia. Sabes bien que la energía no se crea ni se destruye; sino que sólo se transforma. Y el cuerpo en el suceso que le llaman , se transforma para dar energía a nuevas formas de materia".

-"El alma también es materia pero de una esencia superior a la del cuerpo. Por eso es factible que la vean. A esta visualización le llaman y se mantiene rodeando siempre el cuerpo físico del encarnado concentrándose en mayor parte en torno a la cabeza el -nimbo-, por la atracción de las ondas magnéticas, la energía, que se desprende del cerebro", -terminando con la siguiente definición:

-"Y el espíritu es un ser inmaterial, dotado de razón, como el que te habla".

-Bien, pero ¿qué función tiene el alma en el cuerpo? -pregunto.

-"Repito, el cuerpo es materia, no siente. El ejemplo más claro es un cadáver: lo puedes golpear, picar, cortar y no siente; ya no tiene alma. El alma es el receptáculo del gozo y el dolor, la felicidad y la tristeza, amor o sufrimiento; sensaciones que recibe como vibraciones y las trasmite al cuerpo. Sin éstas, como el habla, el cuerpo no funcionaría. El cuerpo y el alma forman la unidad encarnada". Hizo una pausa y continuó:

-"El alma al abandonar el cuerpo posee las experiencias y las vicisitudes del tiempo que duró su encarnación. Y vuelve a encarnar, la más de las veces de inmediato y en otras durante cierto tiempo deambula antes de efectuarlo. Pero su encarnación siempre lleva un programa que lo impulsa al progreso y en cada nueva personificación, va aumentando sus conocimientos y nosotros decimos: se va ".

-¿Cómo! ¿existe la reencarnación? -cuestiono intrigado.

-"Es una imposibilidad que el Ser Supremo diera a los humanos una vida efímera en la que gozara, amara y disfrutara abundancias, o en la que sintiera dolor, tristeza y tuviera carencias, para que a su término todo el esfuerzo y logros alcanzados en vida, se volvieran polvo, perdiéndose las vivencias adquiridas. No, así no sucede, el alma reencarna y en cada una de las reencarnaciones avanza con un grado de progreso según fue, esfuerzo, estudio y capacidad de trabajo en la vida encarnada. A cada ciclo de encarnación, le llamamos . Y evoluciona durante un máximo de trece transmigraciones elevándose en los planos mayores de purificación. Después de la última trasmigración, el alma se consubstancializa como espíritu puro. Ya no hay cuerpo para volver a encarnarse".

•••

Entre cada sesión que teníamos, me sentía eufórico por los conocimientos esotéricos adquiridos, pero también me sentía abrumado y desconcertado. Muchos conceptos eran para mi incognoscibles; aun así continué, porque era mayor mi deseo de aprender que mi temor a lo ignoto.

-¿Y todos los espíritus son guías de los encarnados? o mejor dicho:

-¿Todos los humanos tenemos espíritu?, -interrogo-.

-"Vamos por partes y con conceptos que entiendas: Todos los seres pensantes tienen cuerpo, alma y espíritu. Los animales inferiores sólo tienen la unidad cuerpo-alma; por ejemplo: Un perro, si le golpeas aúlla de dolor porque su alma es la que siente y trasmite como queja una vibración al cuerpo. El animal evita los golpes por el instinto, no por razonamiento. No tienen por ende, espíritu".

-"Ahora bien, todos los humanos tienen espíritu, pero los espíritus tenemos la facultad potestativa de abandonar la unidad encarnada cuando hemos terminado la misión señalada, o cuando esta unidad se transforma y se vuelve perjudicial a sus semejantes, que su paso por el sendero de la vida vaya en retroceso, que cometa errores, adquiera vicios, pasiones degradantes, vilezas y delitos. Entonces nos retiramos dejando que el alma absorba los males, se sacie de ellos y en una próxima reencarnación los deseche, sane y se purifique, continuando su desarrollo, su progreso".

-"Y no, no todos los espíritus somos guías. Existen muchos en un grado superior de desarrollo, son los ; en la ley del Ser Supremo está que continúen en su estado inmaterial para el cumplimiento del programa del mundo ordenado por Él. Los maestros se comunican con los guías para marcar las sucesiones de las encarnaciones, para aumentar nuestro acervo de conocimientos y sólo en casos muy excepcionales se han comunicado con la unidad encarnada".

-"Otros espíritus no son guías, porque en su desarrollo entran en una confusión mental por los cambios de su estado. Cuando esto sucede en su función de guías, la unidad se desquicia y conoces a los encarnados como dementes o esquizofrénicos. Al espíritu turbado se le aísla y mantiene al cuidado de Maestros médicos".

-¡Espíritus médicos! ¿cómo es eso...? -pregunto asombrado.

-"Se desarrolla como un orden que un alma encarne todas sus vidas relacionadas con la medicina. Se inician como enfermeros, luego médicos, cirujanos, especialistas, hasta llegar a ser eminencias en la profesión. Al alcanzar la máxima evolución, transmigran a espíritus Maestros médicos. Así mismo se ordena que algunas entidades se contagien con las enfermedades conocidas y desconocidas, para que los Maestros practiquen en ellos, descubran las causas patógenas y por su intervención solicitada por el guía, trasmitan sus conocimientos a los médicos encarnados y sanen a las unidades enfermas, con el consabido progreso de la ciencia médica".

-Tengo mis dudas: Cuando invocamos a un Santo para que nos alivie o sane a algún familiar que se encuentra enfermo, ¿son ellos los que nos curan o son los Maestros médicos? -aclárame ésto.

-"Mira: las santidades conocidas por los encarnados, fueron unidades que recorrieron los trece tránsitos por el mundo terrenal, desarrollando un programa de auxilio a la humanidad dentro de una agrupación religiosa o de servicio social. Al término de su última encarnación trasmigraron como espíritus puros. Las santidades que llegan a conocer en vida como: Buda, Jesús, Gandhi, la Madre Teresa y muchos más, son unidades que vivieron su último tránsito por este mundo. Y puedes invocarlos por conducto de tu guía espiritual".

-"Cuando un humano se encuentra en situaciones difíciles de solucionar, implora ayuda a cualquier santidad, exclamando por ejemplo ¡Ayúdame San Jorge bendito! tu espíritu guía es el que escucha y te aconseja que hacer. Pero cuando se trata de ti o cualquier familiar que padezca un mal terminal y esté desahuciado por la ciencia, invoca también: ¡Sánalo Virgen mía! en este caso tu guía si está en justicia hacerlo, para auxiliar al cirujano encarnado, convoca a un Maestro médico que intervenga para practicar la extirpación de su mal... ¡Y sana! realizándose en ambos casos lo que ustedes conocen como: ¡Un milagro! Pero si no solicitas ayuda o no oyes los consejos, tus dificultades no son felizmente terminadas".

-Aquí por favor, si hablas de la Virgen, ¿hay espíritus femeninos?

-"Naturalmente. Los espíritus tenemos género masculino y femenino. Así como no tenemos hambre o sed, frío o calor, no tenemos sexo. La relación sexual no existe porque somos inmateriales. Las transmigraciones se efectúan de masculino a masculino y de femenino a femenino, nunca hay cambio de género. Nadie reencarna de hombre a mujer o de mujer a hombre, porque los programas se trastocarían. Las almas femeninas reencarnan, alcanzan su desarrollo, se purifican y son espíritus guías de las unidades femeninas. Las advocaciones conocidas como "Virgen" o "Santa", realmente son: espíritus puros femeninos".

•••

Reflexionaba mucho sobre la relación que tenía con mi espíritu guía. Mi carácter extrovertido comenzaba a cambiar, pues me encontraba siempre pensativo. Solo en mi trabajo me desarrollaba normalmente ya que estando en casa me envolvía en su mundo. No podía dudar de su mensaje, era tan claro y convincentes sus planteamientos que con avidez esperaba una siguiente sesión para continuar la charla. Mientras tanto pensaba que preguntar, que necesitaba saber...

-Es muy conocido que mediante el hipnotismo se efectúen regresiones logrando conocer quien fue uno en su vida anterior... -violentamente sin dejarme terminar la pregunta, me responde:

-"¡No, nunca! Porque el alma sólo recuerda sus vidas y almacena sus conocimientos cuando está desencarnada. En el momento que se le ordena otra encarnación, el alma empieza en cero. Sin conocimientos, empezando su aprendizaje en el nuevo cuerpo destinado. Los niños genios con un alto coeficiente intelectual tanto en la música como en las ciencias, son encarnaciones en sus últimas etapas que se han programado en todas las anteriores como músicos o científicos, de la misma manera que sucede con los médicos y los religiosos. Por lo tanto, es imposible la regresión porque el alma que es hipnotizada desconoce todo lo relacionado con sus vidas anteriores, sólo conoce el cuerpo que posee y recordará lo que haya vivido en ese cuerpo. Si hay regresión, será la regresión de la memoria de lo que vive como ser encarnado, no de otras encarnaciones anteriores".

-Con todo tan claro, los practicantes de la doctrina "Espiritismo" que realizan contactos y regresiones, ¿son en realidad los médiums unos farsantes y las manifestaciones que efectúan, puras mentiras?

-"Un médium es un ser "Iniciado", son encarnados altamente receptivos. que su alma desarrolla un gran control sobre la energía de su cuerpo. Esta alma puede fácilmente caer en estado hipnótico ya sea por inducción o por su propia voluntad. En este estado y utilizando la energía propia, por medio de la regulación osmótica, la diferencia de intensidad entre endósmosis y exósmosis.... No, esto no es muy claro... bueno, por algo parecido a "por ósmosis", incorpora a su sustancia un líquido corporal llamado plasma que se encuentra en la sangre y en la linfa. De ésta toma su color blancuzco y ya unidas componen un fluido corporal que al emanar por cualquiera de las aberturas corporales, se le designa "ectoplasma". Se manifiesta alrededor de su cuerpo y es posible que controle su forma, moldeándola a su discreción formando figuras antropomorfas. Y por el mismo procedimiento químico se reincorpora, desapareciendo".

-"Y sí, también es posible que el médium entable conversación con su espíritu guía como lo hacemos tú y yo, y que por su intervención reciba ayuda de Maestros espirituales. Pero hasta ahí. No puede convocar la presencia de otras almas específicas por no estar en las facultades, ni del alma ni del guía. Todo lo demás es charlatanería".

•••

Proseguía con mis preguntas e interesándome sobre algo que leí sobre el aura, retomé el tema para aumentar mi juicio sobre el asunto:

-Si el alma llega a materializarse con un color blanco, porqué dicen que es de muchos colores, ¿quieres explicarme cómo es esto?

-"El aura, repito, es la visualización del alma. En ella vibran los sentimientos y sensaciones percibidas tomando diversos colores según el estado de ánimo del ser encarnado. Pero esta aura sólo la pueden ver. e interpretar las pasiones que dominan al encarnado por los colores que la tiñen, los seres iniciados y preparados en algunas disciplinas religiosas y sólo bajo nuestra presencia. El espíritu guía sirve de fondo para que el alma se refleje en él, como aura. Te pongo un ejemplo: Un cristal es transparente, si se le coloca un recubrimiento metálico, se refleja la imagen del encarnado y se convierte en espejo. El alma sería el cristal, el aura el reflejo y el espíritu el recubrimiento. Si no hay presencia de éste, no hay imagen. Esta es la única manifestación del espíritu, todas las demás presencias son inmateriales".

-Pero si son inmateriales, ¿Cómo es que escucho tu voz, siento tus vibraciones y percibes mis sentimientos? -con curiosidad indago.

-"Los espíritus estamos constituidos de energía pura. Energía que por un procedimiento infuso absorbemos del espacio etéreo. y transformándola en fuerza la utilizamos para viajar, comunicarnos, recibir y cumplir nuestros mandatos y hacer todo lo que preguntas".

-¿Los fantasmas son materialización del espíritu o quizá del alma? o posiblemente no existen. -Pregunté pensando que existiera otra manera de manifestarse diferente a las ya explicadas.

-"Es el alma que al término de su vida encarnada, al abandonar su cuerpo terrenal, aún no se da cuenta de su nuevo estado creyéndose estar todavía vivo. Ve su cuerpo tendido, lo acompaña a su sepelio, está con su familia en casa, acude a su trabajo, visita los lugares acostumbrados y se extraña de que nadie le escuche o le hable. Está desconcertada. No anda en pena ni es un espíritu chocarrero como le llaman los encarnados. Sucede muchas veces cuando ocupa sus primeras encarnaciones, desconoce el tránsito hacia el hogar espiritual donde pertenece; en ese estado puede permanecer mucho tiempo, años tal vez en la vida carnal, pero sin tiempo en la vida espiritual".

-"Es ocupando este espacio cuando el alma puede materializarse. Sus familiares, sus deudos, le recuerdan con sollozos y lamentos que motivan a esta alma atribulada acudir al llamado de sus parientes. Se planta frente al cuerpo del familiar que le llama, toma energía de su cuerpo y se materializa, se hace presente... ¿Y qué sucede?... que su comparecencia causa pánico, terror... El familiar se desmaya por la falta de energía, los demás si los hay, huyen presas del miedo; siendo por tanto contraproducente su materialización".

-"Es mejor que se le recuerde con vibraciones amorosas, con recuerdos agradables, para que acuda a su llamado y pueda ayudar si le es permitido, con mensajes de consolación en forma espiritual. Este período termina cuando el alma se entera por si misma de su estado, o cuando un Maestro espiritual lo saca de su desconcierto llamándolo para una nueva encarnación, activando sus recuerdos como ser desencarnado".

-Muy bien explicado y mejor comprendido -le contesté, pero mi afán de conocer más, continuó y volví a preguntar:

-Me hablas de un hogar espiritual, ¿Qué no es el cielo donde se encuentran y realizan sus actividades?

-"Correcto. ''El cielo es la mansión de los bienaventurados''. Esta es una definición de los seres encarnados. Pero no es sólo para los bienaventurados, es para todos... Le llamamos 'Hogar espiritual'".

-¿Y existe el infierno? -Pregunto algo intimidado.

-"El hogar espiritual es lo único que existe, dentro de él está el lugar donde las almas esperan ser reencarnadas, que podría ser lo que llaman "El Limbo", pero el infierno y el purgatorio, no existen. Las unidades en retroceso, los réprobos, los más viles que cometen delitos contra sus propios semejantes, todos los que equivocan el camino del bien, reciben su castigo con otra reencarnación degradada. Y escucha con atención: Los que gozan provocando un dolor al prójimo, tendrán después que hacer gozar a otros con su propio dolor. Todo se paga con la vida carnal, nadie se aprovecha de nadie. El que se beneficia provocando daño en esta vida, será perjudicado en otra futura".

-Si no hay infierno, tampoco existe el diablo, por lo tanto ¿No hay almas poseídas por el demonio ni los exorcismos son reales? -pregunto muy interesado en el tema.

-"Empezaré por el principio. El Ser Supremo sólo ha creado el bien, en el Hogar espiritual sólo reina la luz, el saber, la bondad. No existe el mal. Cuando por mandato superior se ordena a una unidad en retroceso que no sana en su siguiente encarnación, terminar su vida terrenal; el alma réproba y envilecida, evita el regreso rebelándose contra la orden. Quiere continuar con su período de perdición mostrando con el cuerpo que encarnó, la lucha -palabra no idónea pero con su uso comprenderás mejor-, que emprende el espíritu guía contra el alma rebelde para hacerla retornar al hogar y proceder a curarla. El alma ya desencarnada adquiere los conocimientos de sus anteriores vidas, y las utiliza para manifestar sus vibraciones malignas en el cuerpo, el cual cae en un estado de casi muerte -catalepsia-, y lo hace proferir injurias, habla en otros idiomas que aprendió en sus encarnaciones en otros países, lo sacude, lo levita, como formas de expresión de la desobediencia. Muchas veces el cuerpo muere y el alma deambula en la oscuridad, entre la vida terrenal y el hogar, dándose la situación muy especial cuando ha alcanzado un grado de desarrollo muy alto sobre SU materia, que llega a controlarla. Es en este estado cuando le podemos nombrar como un 'demonio', por la capacidad de penetrar a una unidad sin autorización, a otro cuerpo poseyéndolo, creándole la confusión total y presentando los mismos síntomas de rebelión que mostró con su propio cuerpo. En el caso que el cuerpo no muera, se ordena una nueva encarnación con una alma sana y mientras el guía espiritual la prepara, la unidad se encuentra en un estado de amnesia hasta obtener los conocimientos anteriores de su vida terrenal".

-"Un exorcismo u otro medio religioso que se practica a un cuerpo poseído, ayuda, formando una barrera mental, impidiendo que el alma maligna destruya al cuerpo. Pero no lo cura, es el guía el que lo realiza al lograr el regreso del alma al hogar, confinándola para su curación. El Ser Supremo no crea al diablo, lo crean los encarnados que envilecen con los pecados del mundo, los que rompen las unidades cuerpo-alma, los pervertidos que terminan convirtiéndose en almas malignas o en Satanás, como lo conoces".

•••

-La luz y la oscuridad de que hablas ¿es la misma que ven algunos humanos que han resucitado de una supuesta muerte? -le pido me responda.

-"La luz, lo que ilumina los objetos y los hace visibles, es una porción de energía que irradia constantemente el sol y las estrellas como fuente emisora. Está constituida por radiación electromagnética cuya longitud de onda abarca una pequeña gama del espectro, longitud que los ojos humanos captan y le es posible ver".

-"Al abandonar este mundo, el alma se dirige hacia el Hogar cruzando un espacio intermedio donde la radiación pertenece a la longitud de onda de los rayos ultravioleta, no visibles al ojo humano, el alma no la percibe y entra en la oscuridad; como cuando estás en un cuarto muy iluminado y pasas a otro obscuro, te encandilas dices, no ves nada y se asemeja que penetras a un túnel por ser un ducto el acceso al Hogar. A la entrada se encuentra el guía esperando al alma para llevarle al lugar que le corresponda. La iluminación del Hogar pertenece a la radiación de los rayos cósmicos. De esta radiación tomamos nuestra energía, es como si dijéramos: Nuestro alimento. Ya antes te expliqué sobre mi constitución de energía pura, y la luz prístina que invade el ambiente, es visible sólo para los seres inmateriales produciendo una vibración en mi 'posible cuerpo' que hace detectar nuestra presencia; siendo de esta forma como nos vemos entre sí. La brillantez del Hogar y el despido de energía del guía al término del túnel representa para el alma los seres que con túnica blanca visualizan y la luz resplandeciente que observan corresponde a la radiación cómica imperante".

-"Cuando por un accidente o enfermedad cardiaca el alma se perturba creyendo que llegó el momento de abandonar el cuerpo, se desdobla y separa el cuerpo. Penetra al túnel y logra contemplarnos. No se da cuenta que está unida a su cuerpo por lo que la religión tibetana llama el 'cordón de plata'. El guía lo regresa indicándole que aún no es su tiempo y como si fuera un chispazo, regresa al cuerpo, suscitándose lo que le conocen como 'resurrección'. Si las almas de sus padres o parientes todavía deambulan por ignorancia de su estado, es factible que las vea, pues la estarán acompañando en ese tránsito; pero si no, al cruzar el interespacio las fosforescencias producidas por los rayos ultravioleta, el alma por fijación rememorativa, los imagina ver. Todos estos sucesos los recuerda cuando 'vuelve a la vida' y los hace del conocimiento a quienes lo rodean".

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-Ahora otra pregunta, que quizá consideres improcedente. ¿Tienes nombre? ¿O cómo te llamas o te reconocen en la vida espiritual?

-"En el mundo terrenal llevo el mismo nombre que el de la unidad encarnada: Pedro o Juan, y hay millones de Pedros o Juanes. Imagínate, si a la unidad la controlan por un nombre propio y dos apellidos en más de ciento cincuenta idiomas y aún así, hay homónimos completos creando confusiones. ¿Cómo lo controlamos en el ámbito espiritual, si somos también millones de espíritus? Muy sencillo: En tu abecedario tienen veintiocho signos, en el control nuestro: Mil signos más la letra "O", y cuatro columnas de posición del signo; o sea, una combinación de mil signos en cuatro columnas siendo igual a mil a la cuarta potencia, como cantidad total de unidades, más un prefijo numeral del uno al trece si son almas correspondiendo cada numeral a un plano de purificación, o un sufijo numeral del uno al nueve si son espíritus, respecto a cada plano de evolución según la sabiduría adquirida. Y respondemos a los mandatos superiores por medio de impulsos electromagnéticos como un 'chip', que marcan el código personal de cada alma o cada guía espiritual... Fácil, ¿verdad? De esta manera, a poco menos de un siglo, todos los humanos llevarán como nombre este control. Los Pedros y Juanes desaparecerán. Si para el pago de impuestos ya empezaron... Falta poco para su aplicación como registro civil de todas las entidades".

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-¿Pero porqué son trece las transmigraciones y nueve los planos de evolución espiritual? -pregunto ignorando por completo el tema.

-"Trece y nueve, son números muy conocidos en las religiones del mundo. Tan sólo, si no lo sabes, los Nahuas conocían que trece eran los cielos visibles -la morada de las almas-, relacionados con el tiempo de rotación diurno del planeta y con las trece aberturas corporales de la mujer. Nueve, los inframundos -lugar de los espíritus-, referidos con la rotación nocturna del planeta alrededor del sol y con las diez aberturas corporales del hombre, menos una: la abertura cicatrizada del ombligo, punto mágico del hombre como lo señala la efigie del =chac-mol=: la quinta dirección terrenal, la vertical, el centro del mundo y de su teología. Con estas ideas manifestaban la concepción global, filosófica y matemática del universo mesoamericano".

-Increíbles conocimientos de nuestros pueblos, pero continúo; al principio de nuestra comunicación me dijiste o te pregunté si eras como mi ángel, ¿En realidad existen los ángeles?

-"En tu religión, a los guías nos llaman =ángeles=, nombre muy apropiado para las funciones que realizamos, pues en latín, ANGELUS, significa: =mensajero=. A los maestros espirituales: =arcángeles= que significa: =jefe de ángeles=, también muy idóneo. Los que combaten a las almas desviadas o demonios y a los maestros médicos, se les designa como =principados=, éstos tienen poderes terrenales, celestes y control de las almas. Y así como vayamos ascendiendo, nos denominan: =potestades, virtudes, dominaciones, tronos, querubines y finalmente, serafines=. Esta es la jerarquía del ámbito espiritual, los nueve planos evolutivos".

-¿Y Dios tiene también nombre propio? -pregunto cautamente.

-"Al Ser Supremo se le menciona con la letra "O", el círculo, signo mundial místico. Y habita en el décimo y último plano evolutivo sólo reservado para Él. Por eso en algunas religiones se le invoca pronunciando la letra =O= muy largamente, aumentando con una consonante, la =M= para prolongar el sonido. Orando como un susurro, muy bajito:

....OOOOOOOMMMM.... que a la vez les sirve de concentración y tener contacto con su guía, no con el Ser Supremo, como lo suponen".

•••

-¿Y la vida de los espíritus termina? es decir, ¿pueden morir?...

-"¿Morir?... Después te explicaré qué es la muerte, mientras, te recuerdo que el espíritu es energía, no morimos, sólo nos transformamos. Es posible que por mandato nos trasladen a otro contorno, para lo cual efectuamos una transferencia de los conocimientos adquiridos a otro espíritu en un plano inferior de sabiduría. Hecho esto, nos transforman en energía y trasponemos el espacio del Hogar, desapareciendo finalmente".

-"De la misma manera, cuando una alma confinada en proceso de curación es totalmente imposible su recuperación por la gran perversión y vileza que adquirió en su encarnamiento, se le transforma nuevamente en energía. Es quizá esta transformación lo que podrías llamar 'su muerte'; pero no es así, de la misma energía cósmica se forma la esencia para proveer la sustancia que se insufla al cuerpo: EL ALMA; para su primera encarnación, fenómeno que puedes llamar: ''el nacimiento''. Muerte y nacimiento de los seres espirituales que encadenados a las unidades corporales terrenas, forman el ciclo de la vida universal, dentro del hogar espiritual y del mundo que habitas".

-Te refieres a ''mi religión'', hay alguna en este mundo que avalen como la mejor, o simplemente: ¿Qué religión profesan los espíritus?

-"Ninguna religión de los cientos que se practican en el mundo predica el mal -habrá sectas que lo hagan, pero no son religiones. Son grupos de réprobos que ejercen sus vicios-, por tanto, todas las creencias son aceptadas. No hay ninguna mejor. Pretendemos que se nutran del bien por cualquiera de ellas, tienen libre albedrío para escoger la que crean preferible y digna para su propio entendimiento. No importando que no era Monoteísta, como nosotros que sólo tenemos fe en la UNICIDAD del Ser Supremo, el que rige todos los destinos de todos los seres, desde su Mandato en el Hogar espiritual".

•••

Interesantísima enseñanza, pero mis dudas continuaban y persistía con mis preguntas:

-¿Dónde se encuentra el Hogar espiritual?

-"Dentro del ámbito de este mundo, en el espacio etéreo vivificado por la radiación cósmica. No me está permitido decirte más".

-El Ser Supremo que nombras es el Dios... ¿en el que nosotros creemos?

-"Sí, lo que conocen los encarnados como Dios u otras nominaciones que les dan según sus religiones es el Ser Supremo, el espíritu más puro de todos los espíritus. El de mayor desarrollo en el sendero de la evolución, en el décimo plano. El creador de la vida universal".

-Si el Ser Supremo es ser espiritual, inmaterial, ¿Porqué nos dicen que nos creó a su imagen y semejanza?

-"El cuerpo que utilizas es el producto de un desarrollo genético de millones de años, basados en la química del carbono. Por el clima, el medio, la alimentación y el metabolismo propio, tienen la forma típica de la raza humana. En otros espacios cuya genética no es la del carbono, sino la de los halógenos de bajo peso atómico u otros elementos que presentan grandes analogías con el primero, evolucionan con otra configuración".

-"Es así como el Ser Supremo nos crea puros, como un ser espiritual, a su imagen y semejanza, y no conforme el cuerpo que portas en el mundo terrenal".

-Al decir en otros espacios, ¿Quieres decir que hay habitantes en otros mundos?

-"Sólo te puedo decir que el ser humano, el ser encarnado como tú, no es la única entidad con raciocinio que el Ser Supremo ha creado dándole inspiración con el soplo espiritual".

-Pero, si Dios es el ser de máxima evolución, ¿Ya no continúa evolucionando? -pregunto esperando un regaño.

-"Aún no estoy en la capacidad de conocimiento para poder explicártelo. Los Maestros no nos amplían todavía ese saber. Pero sucintamente te digo que sí... Sí evoluciona, se traslada hacia otros mundos, a otras dimensiones... No sé más..."

-Entiendo que existen otros mundos quizá mas civilizados que el nuestro o quizá con un desarrollo menor, entonces: ¿Los espíritus transmigran hacia otros mundos para adquirir más sabiduría o enseñar la que poseen? -prosigo con mi interrogatorio.

-"El desarrollo que en mayor o menor escala poseen los mundos dependen del mayor o menor desarrollo que genéticamente el encarnado ha manifestado. Si su progreso mental fue primero que otros mundos, su sabiduría es mayor. ¿Está claro? Bien. Con respecto a tu segunda pregunta, en tu mundo tienes la respuesta".

-"En muchas historias antiquísimas para ustedes, de muchos pueblos, ya sea como teologías, sagas, tradiciones o leyendas, hablan sobre los "Hombres del Cielo" que descendieron y se mezclaron entre los hombres de la tierra. Lo real es que cuando en alguna civilización se produce un estancamiento en su progreso, en su cultura, o en otros casos hay un retroceso por causas naturales de su mundo sea por catástrofes climáticas o astronómicas, o ya sea por envilecimiento o corrupción de las unidades encarnadas, se toman medidas drásticas. Los Maestros espirituales -los Principados, por orden del Ser Supremo, encarnan directamente por tener las facultades y poderes para hacerlo y, con su sabiduría se personan de los problemas y los solucionan".

-"Cuando en un mundo es necesario el inicio de la cultura; es decir, que el primitivo encarnado deje el ciclo 'cuerpo-alma' y se les insufla el espíritu en ellos, propician los Maestros con esta implantación los conocimientos primarios que facilitaran los medios para el inicio de su civilización en forma moderada, paulatina, impidiendo que se creen shocks mentales por un progreso violento".

-"En otras culturas cuya sociedad ha dejado el nomadismo, se les ha acrecentado el conocimiento de la agricultura con un mejor aprovechamiento de las semillas: maíz, arroz, trigo, según el pueblo y también el aprendizaje de las técnicas de construcción para sus habitaciones de carácter religioso, civil, urbano y popular".

-"En casos graves, tan graves como en tu mundo, que descendieron espíritus de la más alta dignidad: 'Los Serafines', para resolver el problema de la degradación de un pueblo, un pueblo que no tenía remedio y como única solución, salvando sólo a los justos, se les destruyó totalmente".

-"Y de estas encarnaciones especiales, a los humanos les queda el recuerdo de su presencia, asociándolo a seres divinos, a dioses, que bajaron y se mezclaron entre los hombres y les enseñaron los dogmas, los fundamentos espirituales, los preceptos sociales, técnicos y científicos para su evolución".

-Esta explicación aclara muchos misterios del inicio de nuestros pueblos en forma muy clara, pero, ¿Cómo efectúan estas transmigraciones o estos viajes? puedo decir... ¿interplanetarios?.

-"Nos trasladamos como energía que somos por medio de un desarrollo técnico que pasaran varios siglos en tu mundo para su aplicación. Se efectúa por medio de una velocidad 'superlumínica' que las subpartículas atómicas poseen. Está velocidad se aprovecha para recorrer el espacio sideral que nos separa entre los hogares del orbe, y al utilizarla el tiempo se detiene, se crea el 'anti-tiempo', un fenómeno físico de los 'cuantos' que estudian los científicos de tu mundo apenas percibida en su entorno por las mentes de algunos de ellos. Le denominan Física Cuántica, muy difícil de explicar, pero así es el medio de nuestra comunicación en el universo".

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Pasaban varias semanas en que estos conocimientos expuestos en forma tan sencilla, de conceptos que siempre consideramos esotéricos, bailaban en mi mente. A veces los aceptaba, pero otras lo rechazaba. Tal vez por la llaneza de su enseñanza, ya que las teologías de muchas religiones lo consideran sólo para la capacidad de los Iniciados en los grandes misterios del conocimiento universal. Pero no obstante, aprovechaba las pláticas para continuar aprendiendo.

--Si el Ser Supremo es el creador de la vida, ¿Cómo la otorga a los hombres? ¿cómo recibimos el soplo divino?

-"Cuando se lleva a cabo una gestación, el embrión y su desarrollo dependen del alma y el espíritu femenino que engendra el cuerpo bajo su protección. Madre e hijo son una misma unidad, una misma carne. Al momento de separarlos, al corte del cordón de enlace, se incorpora el alma en el nuevo ser formando la unidad encarnada. Pero es el recibir el soplo del guía espiritual que por mandato de los Maestros, animará y protegerá a la unidad, soplo de energía de nuestro propio ser, que empezará a funcionar la maquinaria corporal al emitir el nuevo ser, su primer gemido".

-Increíble, esto es el inicio, pero al término de mi vida carnal, el cuerpo se transformará, mi alma seguirá su evolución, entonces pregunto: ¿No existe la muerte?

-"La muerte es el nacimiento a una nueva vida de magnificencia, el ingreso a los planos superiores del conocimiento. La muerte es el acceso a la verdadera vida. En este mundo de pesadilla sólo venimos a aprender las lecciones que nos harán superar. Al fin de la vida encarnada no hay que temerle, a lo que debemos temer es a los errores que durante la existencia podamos cometer, obstaculice nuestro progreso e impida dejar una estela de sabiduría para nuestros hermanos y principalmente para vuestros descendientes".

-"Nuestra tarea es infundirles el deseo de perfeccionamiento. Esta es la meta que perseguimos con el programa de comunicación que llevamos con los seres encarnados. Es la finalidad principal de nuestra plática. Si llegan a tener culpas que causen sufrimiento, evitar que vuelvan a caer en los mismo errores. No resignarse, a luchar por superarse llevando una vida sana, libre de enfermedades y vicios y a elevar el nivel de sabiduría propio y de los semejantes".

-"El cuerpo es el vehículo que nos permite acceder al conocimiento. el alma a discernirlo y el espíritu a sublimarlo. No existe la muerte, sólo existe un ciclo perpetuo de encarnamientos, hasta llegar a la purificación, en esa etapa recordaremos todas las vidas que encarnamos y como seres espirituales inmateriales, tendremos nuestra culminación en la vida universal". En este momento final, tendremos acceso a otra forma de vida, a otra manera propia del concepto de la existencia, y ya obtenida ésta, transmigraremos a otro lugar, a otro Hogar, a otra dimensión -la cual aún desconocemos-, y tanto los espíritus femeninos como los espíritus masculinos, poseyendo diferente vestidura, ya no inmaterial; sino otro tipo de encarnamiento, en compañía del Ser Supremo, disfrutaremos de lo que ustedes conocen como: El Paraíso. Éste es el éxtasis de la existencia ya corpórea de los espíritus... La Vida Eterna..."

Después de esta explicación tan perfecta sobre la vida y la muerte, y del destino final de nuestros espíritus, o sea de nosotros mismos, me quedé callado. El contacto de perdió. Con el tiempo he analizado todas sus enseñanzas que palabras más o palabras menos, reproduzco en este texto, para cumplir en cierta forma con lo pedido: dar a conocer su mensaje. Quedando al libre albedrío del lector, si lo consideran verídico, real...

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No lo he vuelto a escuchar más, ni lo he convocado. No sabría que preguntarle. He dejado pasar el tiempo para meditar, organizar mi mente, preparar nuevas ideas y esperar si alguna persona se interesa y me apoya con nuevas preguntas, para ordenar conceptos y establecer un futuro contacto.

De todo, sólo sé que hasta ahora comprendo qué es un guía espiritual: Un ser material que nos acompaña y es desconocido por casi todos, digo casi, porque siempre ha sido conocido por nuestras abuelas, y nuestras madres. De niños nos enseñaron a creer en Él, aprendiendo una sencilla oración que rezábamos al acostarnos y que nunca hemos olvidado:

Ángel de mi guarda,
mi dulce compañía
no me desampares
ni de noche, ni de día....

"Xochiatlapalli"

La palabra "NAHUALLI" significa en la lengua de nuestros antepasados: Brujo o Hechicero. Así le designaban también a todos los que practicaban alguna magia, ya sea de las consideradas blancas o ya sea de la magia negra. Se les contrata para atraer al novio o novia; para tener amor y dinero; curar o enfermar a cualquier persona, limpiar o aplicar el mal de ojo; regresar maridos que abandonaron a la esposa y hasta provocar la muerte de un enemigo.

Ya castellanizada la palabra, el pueblo la pronuncia: "Nahual". En algunas regiones, la zapoteca por ejemplo, cuando nace un ser , el padre pinta con cal un círculo alrededor de la casa o jacal. Cuando el primer animal que cruce la raya de cal y deje su huella marcada en el polvo, el recién nacido adopta el nombre del mismo y junto con el nombre cristiano asignado al momento de su bautizo, es nombrado. Así conocemos personas que se llaman: Pedro ratón, Juan conejo, etc. Este animal es el "nagual" del niño y será su compañero desde el momento de nacer, hasta su muerte. Invocándolo le proporcionará protección, cuidado, ayuda, como si fuera su ángel. En éstas etnias, nagual y ángel, son sinónimos.

En otras regiones, el nagual es un espíritu maligno. Puede poseer cualquier cuerpo, ya sea esté con vida o esté muerto. Esta posesión digamos demoníaca, adopta una doble personalidad: La de una bestia y la de humano, cambiando la fisonomía a su arbitrio: de animal a humano y de humano a bestia. En esta última posesión regularmente se manifiesta como una bestia carnicera, mostrando toda la vileza de su espíritu. Comete asesinatos, perversiones, y su presencia o aparición ha formado historias y leyendas de terror, en torno suyo.

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Don Eustorgio era un campesino exitoso, cuyas tierras siempre le brindaron bueno frutos. Desde muy pequeño, como peoncito, empezó a cultivar los terrenos de siembra y toda su vida le dedicó sus esfuerzos y sus desvelos. Por su edad -no siendo un anciano- y su enfermedad, realizaba las faenas sencillas. Unos diez años antes empezó a sufrir de reumas, a tal grado que para caminar ahora se apoyaba en un bordón. Lo achacaba al haberse mojado los pies en todas las faenas que realizaba en las fosas y jagueyes; en los aljibes o acequias; para retirar el azolve que obstruía los canales que conducen el agua que almacenaba en dichas concavidades, para el riego de sus tierras de labranza. Los trabajos pesados lo realizaban sus dos hijos varones auxiliados con tres peones que trabajaban a su servicio.

Con mucha dificultad caminaba; por tanto recorría sus tierras a caballo. La propiedad a pesar de no ser muy extensa, incluía dentro de sus límites un cerro cubierto de encinas; montículo que marcaba el inicio de una sierra toda cubierta de fagáceas: encinos blancos y amarillos, de madera muy dura, cuyo fruto es la bellota. El encinar se mantenía completo, sin contaminaciones ni taladores, un verdadero bosque con una fauna en equilibrio compuesta de familias de: roedores, integrada por ratones, topos, conejos, ardillas lirones; félidos, como garduñas, gato montés y uno más chiquito que en la región le llaman, onza. De los cánidos aparecían de vez en cuando unos coyotes; muy perseguidos por los agricultores, ya que acostumbraban bajar hasta las granjas para devorar a las aves de corral, que los campesinos criaban para consumo personal.

Aves, muchas. Pájaros de todo tipo, desde el minúsculo colibrí hasta grandes cuervos. Gallináceas de paso: las codornices en gran cantidad; nocturnas: lechuzas y búhos. En fin, toda una ecología protegida por las encinas, que además con las ramas secas les proporcionan a los hogares, leña y carbón para sus asadores y para el horno panadero de las cocinas.

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Había recurrido a toda clase de remedios para curarse las reumas. Cultivó en forma muy privada oculta a todas las miradas, una mata de marihuana, cuyas hojas después de su corte las secaba al sol. Una vez secas las introducía en una botella que contenía alcohol alcanforado, dejando reposar la preparación durante ocho días en un cuarto que no recibiera luz del día. La octava noche sacaba la botella al centro del patio para que se serenara -de preferencia cuando era noche de luna llena-, para recibir las influencias celestes nocturnas. A la mañana siguiente podía empezar a frotarse las piernas cuatro veces al día y por la noche, al acostarse cubría la zona frotada con un lienzo de lana calentado previamente. El remedio, al terminarse el licor contenido en la botella, le duraba su efectividad una semana; luego, empezar otra vez el tratamiento.

Cansado de tantas aplicaciones y consejas, prefirió acudir con un médico muy acertado para la cura de su mal, cuyo consultorio se ubicaba en la ciudad de México. Con la recomendación de un amigo suyo que había sido sanado por este doctor, concertando cita, acudió a su consulta.

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La sala de espera del consultorio no mostraba en sus muros cuadros alusivos a la práctica de la medicina; sino como decoración presentaba escenas de actos de cetrería y caza de especies menores. En el despacho -al acceso en su turno respectivo-, vio en la pared del fondo unas cabezas disecadas de venados, formando un centro al título universitario del médico.

A una indicación del doctor, que lo sacó de su abstracción, lo invitó a sentarse. Dejó a un lado el bastón de apoyo y acercándose al sillón observó al especialista: de edad madura, tez blanca luciendo una barba muy bien cuidada. Su bata impecablemente limpia y presencia agradable que le inspiró confianza. Se acomodó en el asiento y recargó su espalda en lo mullido del sillón.

Fue revisado con todos los aparatos más modernos practicando en ellos, una serie de ejercicios especiales para determinar el grado de su enfermedad. Al término de su examen le extendió la receta explicándole la posología respectiva y las rutinas musculares que debía realizar en su casa para completar el tratamiento que le prescribía. Le aseguró una gran mejoría después de quince días de aplicación y que al término de dos meses, se restablecería en un ochenta por ciento de su enfermedad.

El reumático campesino no resistió las ganas de platicar con el doctor, fuera del problema de sus achaques, y así lo hizo:

-Doctor, según veo le gusta mucho la cacería, ¿verdad?

-mirando al mismo tiempo el muro lateral a la pared donde lucían las cabezas de venado, destacando una panoplia con armas de todo tipo, especiales para la cacería.

-Sí Don Eustorgio, me gusta mucho. En cuando tengo un poco de descanso, lo ocupo para salir de cacería. Es muy relajante para mí. Me tranquiliza después de lo complicado que es la práctica de mi profesión -le contestó el especialista.

-Mire doctor, donde vivo hay un bosque muy bonito, donde se pueden cazar muchas especies...

-¿Queda muy lejos de la ciudad donde Ud. vive? -muy interesado en el comentario del agricultor, lo interrumpió.

-¡No doctor! Muy cerca, a menos de ciento treinta kilómetros... Cuando guste lo invito, no se arrepentirá de su paseo. -Al concluir de explicarle como llegar a su casa, se levantó apoyándose en el bordón, y de pie escuchó:

-Qué le parece Don Eustorgio... dentro de dos meses al término de su tratamiento iré a visitarlo por dos motivos; uno: revisarlo médicamente, y dos: para disfrutar dos o tres días dedicados a mi deporte favorito, la cacería. ¿De acuerdo?

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-Viejo, no te olvides que mañana es día de luna llena -le comentaba a Don Eustorgio, su esposa muy preocupada-, aconseja el médico que no se les ocurra ir de cacería por la noche. No le digas el motivo. Por ser gente muy instruía, no cree en estas cosas.

-No mujer, no creo que lo hagan, en fin... ya veremos. -Platicaba el matrimonio anfitrión en soledad, aún sentados a la mesa; mientras el doctor, su esposa e hija, se tiraban una siestecita, en seguida de la suculenta comida que saborearon, tiempo después de su arribo y de la charla de sobremesa que entablaron para afirmar su amistad.

Llegaron al filo de las once de la mañana, completando la familia del invitado, dos muchachos; los cuales en lugar de descansar al final de la comelitona ofrecida como primer cumplido de la invitación, salieron con sus escopetas cuatas, rumbo al bosque, acompañados del hijo menor de Don Eustorgio, joven dos o tres mayor que los invitados.

Regresaron al final del crepúsculo vespertino con buena caza: cinco codornices, tres conejos y un par de ardillas. De inmediato los muchachos destazaron y prepararon con los condimentos especiales que trajeron y con el achiote que la señora de la casa les dio, para asarlos al carbón en la parrilla especialmente construida en el hogar del campesino. Mientras degustaban como cena los animales cazados, los hijos entusiasmados se dirigieron al padre:

-¡Papá! Hay que organizarnos para mañana por la noche, para salir de caza en una lampareada. Hay muchos conejos, codornices y quizá cacemos alguna pieza mayor... el lugar está: ¡Increíble!

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La leyenda empieza en el siglo XVII cuando se construyó por estos rumbos, la Hacienda de la Laja -de la que solo quedan algunos restos de sus contrafuertes y de los cimientos-, levantada por un español llamado Don Alonso, llegado de la región de Extremadura; según dicen, de la misma tierra donde nació Hernán Cortés, lo cual no se dudó de su ascendiente de origen, por lo tirano y cruel que trató a todos sus peones -indígenas esclavos de raza nahua-, a base de golpearlos como si fueran animales, siguiendo al pie de la letra la bula pontificia que así lo declaraba, expedida por el Papa que regía la iglesia por aquellos tiempos.

Trajo de España para casarse a una Infanta de buena estirpe, Doña Ximena, que le resultó estéril. No le dio hijos. Para resarcirse de esta anomalía, comenzó a violar a cuanta mujer tenía a su alcance: esposas o hijas de sus peones. Cuando una de estas indefensas señoras procreaba un hijo, mandaba traerlo a su presencia para verificar si llevaba su sangre, esperando que heredara los rasgos de su raza. En ningún caso fue positivo para él, el parecido de las criaturas. Todos nacieron con rasgos autóctonos.

Hubo una muchacha muy bella, de nombre Xochiatlapalli -Pétalo de Rosa- que se volvió su obsesión. La joven india se le rebeló, no se dejaba mancillar por el bárbaro español. Cuando lo logró, se enamoró perdidamente de ella. La llevó a vivir a la Hacienda disponiéndole una habitación entre los cuartos de la servidumbre, exclusivo para los dos. La visitaba todas las noches dedicándole desde su violación, una fidelidad completa como prueba del gran amor que le profesaba; pero de Xochiatlapalli sólo recibía sus desprecio. Al tiempo la mujercita parió un hermosos par de niños, gemelos, blancos de piel, cabello rubio, ojos azules; que al tenerlos en sus brazos, Don Alonso consideró que era el día más grande de su vida.

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Doña Ximena, celosa y enfadada por los amoríos de su esposo, cuando el Hacendado español tuvo que salir de viaje por asuntos propios de la Finca, la misma noche de su salida, sacó de su cuarto a la joven india y a sus hijos. Los llevó al bosque y ordenó a sus fieles sirvientes que los mataran. A ella le atravesaron el corazón de un espadazo y a los niños, no atreviéndose a quitarles la vida, los dejaron vivos a cada lado del cadáver de Xochiatlapalli. Murieron de frío y hambre. Un fuerte viento que se desató una vez consumado el crimen, cubrió los cuerpecitos de los gemelos con el mantillo y la hojarasca. Al cadáver de la muchacha lo devoraron los coyotes que abundaban en la región. Cuentan así mismo que en el sitio que fue la sepultura de los niños, crecieron dos encinos blancos con las mismas ramas, el mismo follaje, la misma altura, iguales como si fueran gemelos... En el cerro que está en mi propiedad, existen un par de árboles semejantes a los que cuenta la leyenda.

Cuando regresó el español -más de un mes de su salida-, en tanto descendió de la carretela y dejó los utensilios de viaje, corrió en busca de la indígena. No la encontró. La servidumbre amenazada por la patrona, calló. No faltó quién le informara que al punto de su viaje, cargando a sus hijos, huyó con rumbo desconocido y no la habían vuelto a ver por ninguna parte.

Recorrió las rancherías, comunidades, pueblos y las Haciendas vecinas, y nadie le dio razón ni de la madre ni de los hijos. Pasaron varios años antes de que tuviera noticias. Un peón le platicó que una noche que rondaba el bosque para cazar, a los lejos vio correr a una mujer, detenerse e hincarse frente a unos arbolitos y que empezó a llorar... la reconoció: era Xochiatlapalli.

Don Alonso efectuaba rondas nocturnas montando a caballo, acompañado de los caporales que lo protegían. No daba con ella. Posteriormente como no corría peligro, solo, sin guardias realizaba la búsqueda. En la cima del monte, a medianoche, bajaba del caballo y gritaba con todas sus fuerzas el nombre de la india. Hasta la Hacienda el viento transportaba sus lamentos, que se escuchaban como gemidos lastimeros, que espantaban a los perros iniciándose un ladrerío ensordecedor. La gente del pueblo se acostumbró a su llanto y al escándalo de los canes

Una noche de luna llena, ya no regresó. Su caballo a paso cansino, llegó a su caballeriza por la querencia, al amanecer. Se le encontró entre dos arbolitos, con el cuerpo despedazado por las fauces de un coyote; pero en su rostro no reflejaba terror, mas bien aparentaba un rictus de tranquilidad.

Los restos del español fueron enterrados en la Hacienda. La esposa con remordimientos, pensando que el ánima del difunto regresara para recriminarle sus hechos, abandonó la finca y regresó a su tierra natal. El pueblo cobrándose las tropelías que Don Alonso les hizo, saqueó y posteriormente quemó el caserón... y poco a poco, el tiempo... la convirtió en ruinas.

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Al parecer con los años, las tragedias se olvidaron; pero empezó el recuerdo nuevamente. Cuando alguna persona incursionaba en el bosque -preferentemente en noches de luna llena-, se les aparecía una mujer, una india muy bonita que se mutaba en coyote. Mataba destrozando a dentelladas a las personas, sin devorarlas. En cierta ocasión atacó a un campesino que llevaba cargando un cántaro lleno de agua. Al verla salió a la estampida dejando su vasita. A la mañana siguiente hallaron el recipiente entre los arbolitos, vacío, sin estar quebrado. La gente la relacionó con la muchacha india y desde ese tiempo la llamaron La Naguala sedienta de venganza. Todos al cruzar el bosque, aún de día, llevan un trasto cualquiera lleno de agua para evitar el ataque; pero si la persona es de tez blanca o parecido a un español, el truco no vale. La naguala se transforma en la bella mujer que era Xochiatlapalli, atrae al varón hacia sí, y cuando éste piensa que tendrá relación carnal con ella, se transforma en coyote y lo destroza.

-Y hoy es luna llena y Ud. es de piel blanca, doctor. Es mejor que desistan de su lampareada y prefieran ir de cacería con luz del sol. -A pregunta del médico, el campesino contestó, dando por terminada la narración de la leyenda de Xochiatlapalli:

-¡No! Nosotros nunca le hemos visto. Únicamente he reconocido los cuerpos desgarrados que se han encontrado. Sólo le cuento la historia que corre de boca en boca, por estos lugares.

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No sirvieron las recomendaciones. Al contrario, la leyenda incentivó el deseo morboso de los muchachos por correr la aventura. No creían en aparecidos, ni en nagualas, ni en leyendas. Tomaron a chanza la narración de Don Eustorgio.

Al momento de la partida, la esposa del médico impresionada por la historia, se quitó del cuello una cadena y se la entregó:

-¡Toma, llévate este crucifijo! De algo te servirá. -El campesino moviendo negativamente la cabeza, le objetó:

-¡De nada le va a servir! La naguala se aparece por venganza, no por cuestiones religiosas. -Por fas o por nefás, el doctor se colgó en el cuello, la cruz bendita que le entregó su esposa.

•••

El único que llegó montado a caballo hasta el inicio del bosque fue Don Eustorgio, los demás a pie. Los hijos del campesino y los tres peones que trabajaban con ellos, armados con tambores y lámparas especiales que se colocaron sobre la frente, desplegándose en abanico, empezaron la batida. El doctor y sus hijos, por el lado contrario estratégicamente colocados, agazapados empuñando sus escopetas, esperaban el paso de la caza. Don Eustorgio, sentado en una piedra al lado de sus huéspedes, pasaba de mano en mano una cantimplora llena de agua, denotando un claro nerviosismo, no controlado.

Pasaron muchos conejos que fueron presa fácil de los cazadores. De repente se produjo un silencio... Ya no se escuchó el sonido de los batidores... A escasos veinte metros del lugar se entrevió una sombra femenina que sollozaba a intervalos, luego se oyó un largo lamento que puso de punta todos los vellos de la piel de los monteros. El doctor se controló y disparó hacia donde se movía la sombra... Se escuchó el aullido de un coyote y movimiento de ramas entre la espesura. Buscaron y no encontraron nada. Llegaron los batidores reuniéndose el grupo completo. El campesino, al mismo tiempo que les comentó lo que vieron, colocó la cantimplora sobre la raíz de un encino que sobresalía el terreno.

Nada se escuchaba, persistía un silencio completo, ninguna rama se movía, ni se oía ruido alguno producido por animal o ave, o por los pasos del grupo al crujir la hojarasca. El bosque se encontraba silente; los cazadores alterados, con los nervios de punta continuaron caminando. Al llegar cerca de los encinos gemelos, un muchacho gritó espantado a la vez que señalaba:

-¡Allí está el coyote...!

Parado sobre sus patas, recargado sobre el encino, notándose el brillo de la cantimplora a su lado, el animal gimiendo, rascando la corteza del árbol, se dibujaba a la luz de la luna. La voz del agricultor no se escuchó cuando exclamó: =¡Es un gran lobo, no es coyote!= ahogado por el estruendo de tres tiros que al unísono dispararon las escopetas... Desapareció el animal y al instante, en medio de los árboles, resplandeciente por la luz celeste, flotando, vestida con un huipil blanco sobre una manta, con los brazos abiertos, exhalando una larga queja, se dirigió hacia ellos el espectro de la muchacha.

Todos se quedaron de una sola pieza, aterrorizados... El doctor instintivamente levantó el arma y volvió a disparar... Los perdigones cruzaron la silueta fantasmal, sin tocarla, sin detenerla... Avanzó directamente hacia el médico y la materia o fluido de la aparición cruzó su cuerpo, impregnándolo con un vaho álgido, fétido. Se detuvo a unos pasos de ellos, dio la vuelta soltando una carcajada sardónica, terrífica; transformando su pálido pero bello rostro en el de un espantoso lobo con las fauces babeantes, hambrienta de venganza; oscilando en el aire, sin tocar el suelo... con un gruñido pavoroso... los atacó.

No resistieron más, dejando caer escopetas, tambores y todo lo que les estorbaba, iniciaron una carrera sin parar, sin voltear hacia atrás, rumbo a la casa de reumático agricultor.

•••

Aún de madrugada, el médico despertó a su esposa e hija. Los hijos subieron el equipaje y antes de abrir la portezuela, uno de los muchachos lo observó y asombrado exclamó:

-¡Papá, no tienes cabello...! -Miró su rostro en el espejo lateral del auto y... ni pelo en la cabeza; ni cejas, ni pestañas, ni barba en la cara; ni vellos en los brazos; solamente unos pocos en el pecho en el pequeño espacio de piel donde se repegaba el crucifijo que colgaba de su cuello... No esperó más, apestando a rayos abordaron todos el vehículo y sin despedirse, huyeron de la casa.

Don Eustorgio que se olvido del caballo, llegó corriendo pasos atrás del médico. Se sentó en la mecedora del pórtico de su casa, secándose con el pañuelo el sudor segregado quizá por la carrera o quizá por el pánico que todavía le hacía temblar. Al levantarse para pedir que le prepararan un té que le calmara los nervios y evitar que el susto le provocara algún daño, se dio cuenta que no le dolían las piernas. Al parecer las reumas desaparecieron, no le molestaron en ningún momento durante el frenesí de la carrera, ni ahora después del descanso en la silla. Entró a la casa, tomó su bastón y lo arrojó al fogón de la cocina, sorbió lentamente de la taza que contenía la infusión caliente y mordió el pedazo de pan duro que le daba en la boca, su esposa; y sonrió levemente... ¡Estaba curado!

"Una Señora de Blanco"

Con mucho cariño a mi novia

Rinrinea el teléfono sobre el escritorio, levanto el auricular a la segunda llamada. Es mi secretaria recordándome la cita a la que debo acudir hoy mismo. Le doy instrucciones para el resto de la tarde. Veo el reloj y tomo el último sorbo de café frío que contenía la taza. Una taza especial que con el rostro impreso de mi nieta, me regaló ella la última vez que nos visitó. Salgo de la oficina, abordo el auto, arranco y estoy listo para la lucha cotidiana en el campo de asfalto que contendré contra taxis, micros y demás fauna choferil.

Insurgentes norte, la esquina que aún domina, doy vuelta a la derecha, la terminal de los ferrocarriles, de pronto, alcanzo a ver la figura de una persona que me parece reconocerla, cruza la explanada y penetra la estación, instintivamente me detengo. Busco estacionarme en el área de la misma terminal. Bajo y entro corriendo por el acceso de los pasajeros morosos directamente al andén. Recorro con la mirada afanosamente y por fin, frente a una taquilla la distingo, sale con su boleto en la mano, toma un veliz pequeño y se dirige a las escalinatas que conducen al andén de abordaje. La alcanzo, toco su hombro y le digo:

- Perdone señora, ¿me recuerda? - Se detiene y voltea.

- Dígame, ¿qué se le ofrece? - me pregunta extrañada -. Desilusión no es ella. No tiene brillo su dentadura. Muy parecida, pero no es ella. -

-¡Discúlpeme! Me equivoqué. La persona que busco es muy parecida a usted.- Sin contestarme, molesta, hace un mohín y continúa su camino.

Todas las preguntas que pensaba hacerle se me agolpan en la mente. La continuación de su videncia, la localización de los hechos... Desilusionado, regreso... Me detengo en el hall de la estación y siento lo frío del edificio nuevo.

La estación de Buenavista estaba construida con una estructura de acero y grandes ventanales, tipo gótico o para no equivocarme de estilo, una estructura muy parecida a la del museo del Chopo. Edificio muy alto. Hermoso interior que daba una sensación de tranquilidad estar bajo su cubierta; quizá para evitar la ansiedad de los pasajeros motivada por su salida o la impaciencia por regresar a casa. 0 la de los acompañantes para evitar la tristeza del alejamiento de los que salen, o para evitar el dolor interno de la espera por los que arriban. Y me llega el recuerdo de un viaje que realice hace muchos años, un sábado, no recuerdo bien que mes, que año....

Muy temprano compré mi boleto haciendo hincapié que para llegar, tuve que levantarme a las seis de la mañana; hora impropia para mí. Acostarme a esa hora era normal, pero levantarme, era una odisea. El tren salía a las 7:25 a.m. lo cual aconteció con puntualidad inglesa. Mi destino: la población de Maravillas, enclavada en un rincón del Estado de Hidalgo, en el municipio de Nopala.

Nopala, nombre que me remite a mi infancia - cinco o seis años de edad - cuando escuchaba al hermano de mi abuelo, un hombre de gran vigor, que se iba de cacería a la presa de Nopala. La temporada era de patos. Lo invitaba a acompañarlo. Pero mi abuelo más que aventuras de cacería de patos, prefería las aventuras de muchachas. Era un enamorado y gran conquistador. Le recuerdo su forma fácil de entablar conversación con cualquier mujer, sin darme cuenta - por mi niñez-, sin darle importancia, ahora lo analizo y veo sus intenciones de gran conquistador.

También el nombre de Maravillas, no me caía muy bien, pues lo relacionaba con la colonia Maravillas, allá muy atrás del aeropuerto de la Ciudad de México. La conocí buscando un amigo que trabajaba de cocinero en una cantina de las calles de Guerrero, y quedé desolado por la pobreza y miseria de sus casuchas que moraban sus habitantes, mejor dicho; sus supervivientes, entre basura, suciedad y perros hambrientos.

No era mi primer viaje en tren. De niño, en compañía de mi padre, viajé al puerto de Veracruz de vacaciones; pero el viaje fue nocturno llegando al amanecer. Por eso no disfruté ni admiré nada, sino solo pasé una muy mala noche a bordo del pullman en que viajamos. El regreso - dado que robaron a mi padre -, fue en autobús.

Mi segundo viaje, éste a Maravillas.... Casi quince años después. Los mismos vagones, la misma chatarra de máquinas, el mismo descuido y suciedad en el interior; de los baños, mejor ni hablamos. Mi boleto fue para el servicio de primera, un solo vagón. Abordé, sólo viajaban tres personas aisladas, ninguna pareja. El vagón casi vacío.

Observé por la puerta de comunicación entre los vagones, el vagón del servicio de segunda. Asientos de listones de madera, calados, respaldos fijos que creí incomodísimos atestados de pasajeros.

Entre los respaldos de los asientos acomodaban niños para evitar el pago del pasaje, bultos, costales de maíz o fríjol. El pasillo con gente de pie, gente sentada, niños acostados, en fin, era imposible circular por él. El auditor del tren, que revisaba los boletos, con gran experiencia, cruzaba pies, resbalaba el cuerpo, caminaba con gran soltura entre los pasajeros, como pez en el agua; lo cual era admirable.

Me fui a sentar en el lugar que se me ocurrió. Al hacerlo, noté que una mujer vestida de blanco al fondo del vagón y de espaldas a mí, también había abordado el tren. El auditor pasó, revisó mi boleto, le comenté la desigualdad entre ambos servicios, pero sólo masculló algo entre dientes y siguió su camino.

Para mí aún era muy temprano, me arremoliné en el asiento, cerré los ojos y dormité. Todo lo contrario que había pensado cuando programé el viaje, ver los paisajes hermosos del campo mexicano. Pero a mi mente solo acudían las escenas lamentables que vi cuando salió el tren de la estación. La corte de los milagros, la ciudad perdida, los mexicanos olvidados por todos, los miserables habitantes en completa promiscuidad hacinados a ambos lados de la vía dejando escasamente el paso del convoy férreo. Cómo era posible que existiera gente con ese nivel de vida en la muy noble y leal ciudad de México. No lo creía.

Un rumor que fue transformándose en ruido y luego en voces vocingleras y alegría, me despertó. No sé en que estación estábamos. Pero un nutrido grupo de mujeres de todas edades, desde ancianas hasta niñas inundó con sus ofertas el ámbito. Vendedoras de comida, de toda clase de antojitos y guisados, Desayuné una orden de tacos de pollo y un jarro de atole con el cual me quité lo enchilado por la salsa de los tacos. Arrancó el tren nuevamente y cerré mis ojos... Pero una voz me sobresaltó, hizo que los abriera:

-¿Puedo sentarme a su lado, joven? - Antes de contestarle me hizo otra pregunta:

-¿Está desocupado el lugar? Lo que me pareció risible. Todo el vagón iba vació, excepto otras tres personas.

-¡Claro que sí señora! Puede sentarse, el lugar va desocupado.

- Es que no me gusta viajar sin platicar. Se me hace muy aburrido ir callada. Prefiero siempre charlar con alguien. ¿No lo molesto?

En ese momento la observé: su vestido blanco como túnica hasta media pierna, dejando al descubierto unas chanclas de medio uso negras o grises, no determiné su color y usando unas medias de popotillo que bien la resguardaban del frío que empezaba a sentirse.

Su cuerpo rechoncho sin determinar sus formas por la túnica, cuyas mangas dejaban al descubierto la mitad del antebrazo. Las muñecas de ambos brazos portando una multitud de pulseras y semanarios. Las manos regordetas pero con unos dedos ágiles los cuales sentí al extenderlos para saludarme. Me deseó buenos días pero sin darme su nombre. Contesté únicamente el saludo y arrimándome hacia la ventanilla, la cual en forma de guillotina se operaba, la cerré. Con una señal de mi mano le invité a sentarse.

-¿Va usted hasta Torreón? si es así me alegro porque tendremos mucho tiempo para platicar - me preguntó suavemente.

- No señora, no voy tan lejos. Es más desconozco cual es el destino final de este tren. Sólo me dijeron que tomara el tren # 9 y me bajara en la estación de Maravillas. Población que es la primera vez que voy y me esperan cuando baje del tren.

- ¿Quién lo espera, su novia... o su esposa? - dando tiempo para que le contestara

Recorrí con la vista su cara... no tan gorda de acuerdo con el volumen de su cuerpo. Ojos café obscuro con unas profundas ojeras, labios gruesos, nariz grande algo achatada, cejas pobladas con signos de depilación. Me pareció oaxaqueña. El pelo trenzado con estambres de colores enrollado en forma de chongo por la parte superior de su cabeza. De sus orejas pendían grandes aretes de oro, parecido al oro de bajo kilataje que se vende en esa región. El cuello con grandes collares que tapaban lo que dejaba al descubierto el escote de su túnica; collares que después vi con detenimiento: cruces y figuras de misticismo colgando de ellos.

- Mi novia, voy a conocer a su familia. Me va a presentar con ellos.- Le contesté.

Con sus dedos ágiles tomó mi mano izquierda, doblando mis dedos formando un puño, lo vio lateralmente. Los extendió y volteando la mano con la palma hacia arriba, me dijo:

-¡Se va a casar con ella y tendrá tres hijos!

Retiré bruscamente mi mano, explicándole:

-¡Señora, no le pedí que adivinara mi futuro, además no creo en la quiromancia ni en la charlatanería...!

- ¡No soy adivina. Soy médium! -. Rápidamente me contestó-. -Tengo facultades para percibir sensaciones. Tomándole la mano, sus vibraciones me revelan su carácter, sus virtudes y males. Si me lo permitiera puedo decirle algo sobre su futuro. - Terminó diciéndome.

- ¡No me interesa en absoluto saber sobre el futuro de mi vida! - repliqué -. No creo en nada de las facultades que dice poseer usted y otra gente que conozco. Para mi son paparruchas y charlatanes los que las pregonan... ¡Sólo me falta que diga usted que también ha visto OVNIS y cree en extraterrestres ! . -Soltando una ligera sonrisa -, sonrisa que desapareció de inmediato cuando fijó sus ojos sobre los míos. Las oscuras ojeras le dieron una profundidad a su mirada que sentí algo de temor.

- Discúlpeme, - me apresuré a decirle-. No se moleste por lo que dije ni trato de ofenderle con mis palabras, es sólo lo que pienso.- Tratando de suavizar mi opinión y bajara la dureza que noté en sus ojos.

-Me extraña lo que usted me contesta. Usted sí cree, usted sí tiene conocimientos esotéricos, USTED SI SABE MUCHO LO QUE ES LA PREMONICIÓN.- lo dijo recalcando sus palabras y volvió a fijar su mirada en mis ojos-.

Esquivé su mirada tratando de fijar mi vista en el paisaje desolado, árido, que en ese momento se retrataba en la ventanilla del vagón y, contesté:

- La verdad no me interesa su plática, si quiere continuar platicando, vamos a cambiar de tema. ¿De donde es usted, señora; quiero decir: donde nació ?

Nuevamente vi su rostro moreno claro, sin poder determinar su edad. Representaba 40 o 50 años o más. No podría afirmarlo.

- ¿Dónde nací ?. Hace tanto tiempo que fue y no he regresado al lugar, que ya no me acuerdo- hizo una pausa -. Desde muy chica he viajado por todas partes sin tener un rumbo fijo. Como ahora. Llevo boleto pagado hasta San Juan del Río y según tenga una visualización presente al momento de llegar, me puedo bajar y quedarme unos días o puedo renovar mi boleto a bordo y seguir adelante en este tren.- De inmediato le cuestioné.

- No es usted una gitana. Su físico no lo aparenta. Aunque por sus facultades que dice poseer y su nomadismo , si lo parece..

- No, no soy gitana - riendo levemente -. No soy embaucadora ni ladrona. Lo que puedo hacer es verdad. Lo que pasa es que no me gusta estar refundida en un sofá de una casa, esperando clientes. Yo salgo, recorro ciudades, no visito pueblos por la ignorancia de la gente que me confunden con la palabra de ¡BRUJA ! - exclamando -. El poder que tengo, llamase percepción extrasensorial o adivinación es real,- se quedo callada un momento y término diciendo : -¡Soy una profesional!

Nos quedamos callados... Ella esperando mi reacción. Yo tratando de coordinar mis pensamientos. El silencio lo rompió la señora cuando volvió a preguntarme:

-¿Pero Maravillas queda antes o después de San Juan del Río ? - Ya más calmada pero sin alterarse, después de quedarnos callados ambos, haciendo una pausa, ella esperando mi reacción; yo, tratando de coordinar mis pensamientos, volvió a preguntarme.

- Mucho antes. - Contesté-, según me informaron está en el km. 125 de esta vía. Me parece que vamos en el 60, así que si llevamos casi dos horas de viaje, si no hay retrasos, estaremos en otras dos horas más, a lo máximo-. Ya no me contestó. Se quedo callada y respeté su silencio.

De repente, unos minutos más, tres a lo sumo, comenzó a murmurar:

-Maravillas... Maravillas... no lo conozco... nunca he estado allí... -en voz muy baja-. Pero .... veo algo... - Recostó el cuerpo hacia atrás y la cabeza con los ojos cerrados, la meneaba lentamente hacia los lados y luego al frente y luego atrás. Repitió los movimientos varias veces, antes de quedarse quieta y, balbuceando externó:

- Veo una montaña o un cerro, no muy alta, con dos cimas, una más alta que la otra... magueyes... arriba un pequeño altar pero en ruinas... ruinas recientes y restos de pertenencias indias... varias cuevas, una grande, cabe gente a caballo... .

Me levanté del asiento, sin darle crédito a lo que mi acompañante hablaba.

- Con permiso, voy al baño, creo que el atole que desayuné hizo efectos terribles .- Me dirigí a ella sin verle la cara.

-Espere, no se vaya, tengo una visión muy clara...

-Con permiso - sin hacerle caso -, ahora regreso. Casi brinco sus rodillas para poder pasar.

Entré al sanitario del vagón. Por su estado tan sucio, me dieron nauseas. Se me quitaron las ganas de obrar. Sólo oriné. Salí y pasé al área de las puertas observando el paisaje. Comprendí que sólo había sido un pretexto el levantarme para no seguir escuchando a la supuesta vidente.

Lentamente miré los campos donde nuestros campesinos a base de sangre, sudor y lagrimas - como había dicho Sir Winston - le hacían cosquillas a la tierra, tierra tan delgada sobre suelo tepetatoso, que los surcos parecen canillas de perra flaca. La escasa o nula lluvia convertía sus maizales en chilares. Las matas de 60 a 80 cm. de alto habían espigado y sólo servirían para zacate.

Regresé al interior del vagón, pensando en sentarme en otro sitio. Pero la señora de blanco me estaba esperando, ahora frente a mí con una sonrisa que mostraba sus dientes completos pero separados. Un incisivo superior tenia incrustado un brillante. Se hizo a un lado para darme paso nuevamente a mi asiento.

- Tuve una visión muy clara de algo que sucedió en el cerro de Maravillas. Tuve la revelación muy precisa y fuerte. Usted me ayudó con su magnetismo que emana. Pero al retirarse la visión se fue perdiendo. - Se quedó callada un momento, manteniéndose de pie frente a mi...

- Pasó hace muchos años... - me espetó casi regañándome, y luego de tomar asiento, mi acompañante - prosiguió:

- Vi una cueva grande en donde cinco hombres, dos encuclillados alrededor de una pequeña fogata, tres sentados en el suelo recargados en la pared... Vi llegando un jinete, vestido de chinaco con ropa color negro. Dejó su caballo a la entrada, del cual bajó un cofre de madera. Penetra en la cueva.. Saluda. Los cinco hombres se levantan, ríen, se juegan bromas acercándose al jinete. Este se acuclilló y los demás siguieron su ejemplo en torno a él. Abre el cofre. Un grito de asombro brota de la garganta de los hombres. Está lleno de monedas de oro. Empezó a repartirlas entre todos. Al terminar se levanta, da lugar para su próxima reunión y se despide. Encamina sus pasos hacia la salida, rápidamente gira sacando su pistola y la vacía sobre sus compañeros, matándolos. Recoge el oro que le corresponde y de los morrales de sus compinches saca el que repartió. Vuelve a llenar el cofre y lo cierra. Tranquilo sale de la cueva y de las alforjas del caballo saca un petardo de dinamita, entra, carga el cofre y con una mano toma el petardo y lo dirige hacia sus labios donde pende el cigarro, lo enciende y al intentar arrojarlo al interior de la cueva se endereza uno de los hombres empuñando su pistola. Dispara hacia el Chinaco perforándole el pecho, matándolo de inmediato. El petardo cayó a sus pies y explotó, la cueva desaparece, queda tapada, enterrando a todos los hombres... y al oro. La visión se desvaneció y no alcancé a ver más... Usted se levantó, perdí concentración, perdí contacto.

-Hermosa leyenda - le dije -, esto sucedió cientos de veces en el siglo pasado y durante la Revolución. Lo habrá leído en las novelas narradas por Ignacio Altamirano, o por José Mancisidor por ejemplo. Cuantos pueblos, cuantas regiones tienen leyendas semejantes y quiere que yo le crea. Esto podría ser una bonita historia pero no me trago que haya sido una visión extrasensorial suya. A otro perro con ese hueso. Al inicio de nuestra plática me dijo que yo tenía capacidad para creer en premoniciones,... ¡Pero por favor !, no menosprecie mi inteligencia... - Muy molesto le contesté, además durante toda su narración me impidió interrumpirla, levantando la mano, enseñándome la palma, deteniéndome-.

- ¡Es verdad, créame! Yo nunca he estado en Maravillas, no lo conozco ni sé donde se encuentra !.

- ¡Pues ya somos dos. Al principio le expliqué que tampoco conozco la población , que es la primera vez que vengo!

El auditor del tren entró al vagón y gritó: ¡MAAARAVILLASS....!

- Pero si sé donde queda, es la próxima estación y con su permiso, me retiro pues voy a descender. ¡Hasta luego !

Me extendió su mano, tintineando sus pulseras que portaba. Por atención se la estreché. Tomó con su mano izquierda mi antebrazo y fuertemente sostuvo mi mano, a la vez que farfulló:

- ¡Se va a casar muy pronto!. Sus hijos nacerán en acuario. Su poder está fincado en aire, agua, fuego; antes de la canícula. El primero activa al tercero, el segundo y el tercero se equilibran, el tercero es extendido por el primero pero es protegido por los dos iniciales. Trate de entender mi mensaje, interprételo!

Retiré bruscamente mi mano, pero no me soltó. Se incorporó del asiento quedando ante mi vista el colgajo de uno de sus collares en forma de cruz griega. Alcancé a leer las siguientes palabras inscritas:

Al centro de la cruz: Belcebú; en cada rama: Satán, Luzbel, Leviatán y Belial. -

¡Hasta luego, señora!, no diré que ha sido agradable su compañía. Pero que el príncipe de los demonios que porta con sus diferentes nombres en esa cruz, la acompañen. Retirándome, después de casi arrancar mi mano de las suyas, buscando la salida del vagón.

-¡Yo no hago mal a nadie! ¡La cruz me protege de las invocaciones de los ángeles perversos! - en voz baja continuó: Yo solo me comunico con las divinidades perfectas... -no escuché más y descendí.

Caminé paralelamente al convoy y vi a mi novia en el andén de la estación, construido éste con desecho de una plataforma de vagón. La estación también era un pullman de principios de siglo, sin ejes, apoyado sobre una pila de durmientes. Levantó su mano y agitándola, me saludaba.

- ¡Pensé que no ibas a venir! Más bien, creí que no vendrías. - vi alegría en su rostro, acercándose para darme un beso - ¿Como te fue de viaje? ... -Antes de contestar, el tren arrancó . Alcancé a ver con el rabillo del ojo, la cara de la señora de blanco que volteaba a verme hasta que salí de su vista.

- ¡Aquí estoy, fiel a mi palabra! -. Recibí y regresé su saludo y caricia-.

-Del viaje tuve una experiencia extraña, después te platico. Ahora vamos a tu casa o a donde quieras llevarme. Después a almorzar. Tengo hambre. - Seguí con la mirada al cabús del tren hasta que desapareció en la curva siguiente. Miré hacia la estación y vi atrás de ella el inicio de una elevación del terreno, levanté la vista y mi novia me dijo sin preguntarle:

- Es el cerro de Maravillas. Tiene dos cimas... una más alta que la otra... arriba hay una capilla con un altar en ruinas...

Me quede frío. ¿Serían reales las videncias escuchadas?

Me presentó a sus padres. Creo les caí bien a ambos. Comimos y bebimos una cerveza. Su padre me preguntó si me gustaba el pulque... -interrumpiendo, le contesté:

- ¡Claro que sí...! En México frecuento algunas pulquerías. “ La Elegancia” en la calle de Mesones, donde se toma el mejor curado de avena y en la esquina venden unos tacos de lengua de vaca sofocada, los más exquisitos del mundo. “ Los Dos Cacarizos “ por el Peñón, el mejor curado de melón. “ La Tormenta “, donde al curado de jitomate le dicen blody - baba . El mejor curado de apio en “ El Casino “ y, sin duda con Luisito de "Las Bodas de Lola “ , el de piñón.

-Pues aquí sólo tenemos curado de ajo. No se si le gusta. Tenemos el honor de contar con un exquisito pulque debido al clima frío y por ahora a la sequía que sufrimos. - Me replicó su padre.

-¿Curado de ajo ? .- Pregunté extrañado-.

-¡Si, curado de ajo - dido!. El pulque blanco, natural. Solo los jodidos como nosotros lo bebemos. No tenemos para pagar el precio tan alto que cuestan los curados. Yo mismo tomo el acocote y voy a raspar algunos magueyes y entrego el aguamiel. Me quedo con algo. Dicen que es bueno para curar a los que tienen azúcar. ¿Quiere probar ?.

Se levantó sin esperar mi respuesta. Respuesta que no tenía pues a mi sabiduría pulqueril, le taparon la boca.

Tomó una jícara - xoma le dicen -. De un cuero de chivo vació un poco de aguamiel. Me lo sirvió y tomando la xoma a dos manos lo probé.

Tiene un sabor dulce y fuerte, pero no sabe a pulque. Luego lo bebí de un solo tirón, regresándole la jícara - xoma -, vacía.

- Mejor si tiene pulque, me gustaría probarlo, - le dije-

- ¡Ya sabía que no le iba a gustar! -. Alcanzó una jarra de vidrio y sirviendo en un vaso -de los de veladora grande-, lo llenó. Lo puso sobre la mesa, ante mí-.

Lo alcé. Dije: ¡Salud! a todos. Probé despacio... exquisito... en la capital decimos que le falta un grado para ser carne.

Reímos y platicando me bebí tres vasos. Me pegó. Me sentí mareado. Levantándome, le dije a mi novia:

- Vamos a caminar algo. Comí mucho y me siento lleno. Quiero conocer el pueblo y de ser posible, algunas de sus gentes. - <> - dirigiéndome a los padres de mi novia, salimos y enfilamos rumbo al centro del pueblo.

¿Quieres subir al cerro ? - Me preguntó.-

-¿No esta muy difícil la subida?. acuérdate que soy capitalino.

- Rodeando y haciendo paradas, no es muy cansado, sonriendo me contestó.

-¡Vamos pues ! Necesito caminar.

Ascendimos. Una hora después, estábamos en la cima. Llegamos a donde estaban las ruinas del altar. Y pregunté:

-¿Por que está en este estado ?

-No lo sé. Quién sabe quien lo construyó. Hace mucho tiempo me contaron, que subía el párroco y oficiaba misa los días 3 de mayo, pero yo nunca lo vi. Estando abandonado, los mismos peones han aprovechado las piedras acomodándolas para formar cercas que limitan los predios, en que varios propietarios se han dividido el cerro.

Me quedé callado. Momento después le pedí:

-Quiero descansar, quiero acostarme. Tantito por lo cansado tantito por el pulque... -Buscamos la sombra de un tepozán y me senté. Noté una piedrecilla rara a mi lado y la levanté. Mi novia me dijo:

-Es una cuenta de collar. Pertenece a las tribus que poblaron esta región. Decía mi abuela que eran otomíes. Yo no lo sé. ¡Pero hay muchas! ¡Mira! Aquí hay una punta de flecha de obsidiana. - La levantó, limpió con su falda y me la entregó-.

Nuevamente me quede frío. Me recosté, cerré los ojos pensando en el suceso del viaje. Comencé a escuchar mis ronquidos - efecto del pulque - cuando, ante mí, vi una cara redonda y sonriente donde relucía un brillante incrustado en su dentadura... al mismo tiempo que decía:

- Yo no miento. Mis poderes son reales. Lo que veo es verdad...

Desperté... levantándome de inmediato, sobresaltado.

- ¿Qué te pasa ?.- Me preguntó mi novia, mientras alrededor de donde me encontraba, buscaba restos arqueológicos.-

- ¡Nada ! . Solo que por lo incómodo, desperté. ¡Vámonos! Pasan de las cinco -consulté mi reloj- . No me gustaría bajar del cerro estando oscuro. ¡Vámonos pues! .- Y tomándome de la mano entregándome una bolsita con cuentas de piedra, caritas de barro, cuchillos y puntas de obsidiana y pedernal, abracé a mi novia y empezamos a descender.

Descendiendo admiré lo que todo capitalino anhela ver. Un hermoso paisaje. Maravillas está desplantada sobre la prolongación de la ladera de su cerro. La pendiente termina unos 400 metros al norte, donde pasa otra vía del ferrocarril . -La Nacional, me indica mi novia -. Se forma una cañada cuando inicia la subida del terreno. Se domina una gran extensión de lomeríos limitada al poniente por el cerro de la Virgen y el cerro del Burro. Después supe por los lugareños que el cerro de la Virgen sigue siendo virgen, porque el cerro del Burro no le alcanza. Al noroeste el cerro del Manguí, con su cumbre parecida a una plataforma. Atrás, la enorme masa del cerro de Nopala. Al norte, como vigía, la cumbre en forma de cono volcánico del cerro del Astillero o Hualtepetl, con una elevación de 3000 metros sobre el nivel del mar. Y por el oriente la sierra de San Bartolo, destacando por el centro un pequeño promontorio, como otero, llamado cerro de Escandón. Al sur, el cerro de Leña y el mismo cerro de Maravillas.

El sol ocultándose tras el cerro de la Virgen, teñía el cielo con un rojo encendido, como si miles de cochinillas del nopal, hubieran sido aplastadas sobre el techo celestial. Pensé que este atardecer tan maravilloso se repetiría todos los días. Por eso, llevaba el nombre de Maravillas, esta población.

Llegamos a su casa. Cené dos quesadillas y un vaso de pulque que me sirvió de somnífero. Me recosté en un petate. Me sentía cansado y alterado por los sucesos del día. Y dormí, dormí mucho.

Me desperté tarde. Como capitalino conocí para nosotros, las incomodidades del campo. Para satisfacer mis necesidades corporales, fui entre unos magueyes a regar el seco y abonar la tierra. Como gato, las oculté. Después en una jofaina me lavé la cara y las manos. ¡Y listo!. Mi novia me esperaba.

-¿Quieres desayunar aquí en casa? ¿O prefieres ir al centro a comer barbacoa o chicharrones ? .- Muy linda vestida con una mañanita muy floreada que resaltaba su belleza morena, me saludó, besándome la mejilla.

-¡Buenos días!.- Contesté su saludo y caricia -. Aquí desayunamos en compañía de tus padres.

- No hombre. Mi padre sale al campo antes de las 5 de la mañana. Mi mamá fue a llevarle de comer. Son las diez, flojo. - Riéndose, me contestó.

-¿Aún en domingo? -pregunté-.

- En domingo, días festivos y fiestas de guardar. Trabajan todos los días. La tierra es muy celosa... necesita cuidados y atención para dar sus frutos.

- Bueno, vamos al centro, pero ya... ¡Me urge!

En el trayecto, vi la iglesia católica sin terminar - destechada -. El salón un gran tejado que lo mismo servía para fiestas que para mercado y tianguis dominical. La iglesia marista - ésta si terminada -, la palma de la justicia, el recinto del juez del pueblo. Todo explicado brevemente por mi novia. Ya acercándonos al local donde en un gran cazo hervían las carnitas o chicharrones de res cuyo olor incrementaba mi apetito, me detuvo , esperando a que un señor que se acercaba, estuviera al alcance del saludo.

-Es Don Antonio, el más ilustre de los vecinos de aquí. Te presento. Soltándome el brazo, mi novia se dirigió a la persona:

- Don Antonio, Buenos días.

- Buenos días niña, ¿Quién te acompaña?

- Es mi novio, tengo el gusto de presentárselo.

- Antonio Santana - se adelantó diciéndome su nombre.

Hombre de cerca de 50 años, blanco, de vivaces ojos azules que reflejaban sabiduría y bonhomia. De inmediato supe que llevaríamos buena relación, acerqué mi mano para estrechar la suya que me había extendido.

- Mucho gusto Don Antonio, estoy a sus órdenes .

- ¿Viene de la capital?

- Si señor. Estoy conociendo el pueblo, es hermoso. Con unos atardeceres maravillosos que observé mejor desde la cima del cerro. - Y le externé mi opinión sobre lo que pensaba del nombre del pueblo -.

Me tomó del brazo. Dirigiéndose a ambos nos invitó. Caminamos hacia la vía que estaba a escasos 40 metros. A escucharlo.

-¡No , Maravillas no lleva ese nombre por lo que dice usted!

La colonización de este pueblo se inició por los años 30 del siglo pasado por una familia de apellido Torres, los cuales como comerciantes, abrieron una tienda. Cuando Don Porfirio por los años 80 - construyó la red ferroviaria que aún sigue vigente a estas fechas, el tren a Ciudad Juárez, llamado Aguila Azteca; pasa por aquí, por esta vía que ve. Por la que llego usted aquí. A los lados de la vía en forma silvestre, creció en abundancia la mata de flores llamada Maravillas cuyo nombre genérico es Caléndula. Así, cuando los pasajeros - ya en funcionamiento el tren - llegaban; pedían que se les bajara donde estaban “ Las Maravillas “. Por toponimia se quedó este nombre para la población. Fue hasta 1906 cuando se oficializó como nombre propio para este lugar.

- ¡Caray Don Antonio! Muy interesante. Usted ha de conocer muchas historias y leyendas de por aquí. Me interesa mucho la arqueología relacionada con la historia, sobre todo. Pero por favor, le invito a almorzar. ¡Ya hace hambre!

- Esta región estuvo colonizada desde hace mas de mil quinientos años, primero por tribus sedentarias de los Otomíes; que en su dialecto, mejor dicho en su idioma se nombran “Hñahñúes”. Luego por las cultas tribus de los Toltecas, cuyo máximo centro cultural esta cerca de aquí a 25 km. en línea recta: Tula, la antigua “ Tollan “ - lugar de tules - . Desalojaron a los pacíficos otomíes sin violencia y aceptando su convivencia. Para posteriormente los belicosos Chichimecas arrasando los asentamientos, ocuparon el territorio.

- Toda el área está llena de restos arqueológicos. Tengo gran colección particular. De ella doné mucha parte para el museo de Huichapan. Poseo más para cuando tengamos un museo aquí en Maravillas, colocarlas para su exhibición.

- Lo he constatado, - interrumpí -. En la cima del cerro ayer que ascendimos, recogimos muchas piecesillas y objetos de obsidiana.

- ¡Claro! -Exclamó Don Antonio, continuando su relato: -Por la posición geográfica del cerro, que entre paréntesis se llama “ CUTEJHE” , que en otomí significa “ Cerro Cuate” , en su cumbre más alta se celebraban ceremonias religiosas o calendáricas; las cuales eran vistas por toda la población. Además fue también observatorio astronómico, tengo una laminilla de barro cuya inscripción, lo atestigua.

-¿Y el altar Don Antonio? .- volví a interrumpir

Como ha de saber, la conquista religiosa que efectuaron los iberos, donde había altar religioso de cualquier tribu, los sacerdotes católicos ordenaban su demolición y la construcción de otro para los ritos de la nueva religión. Pero esto dada la poca población existente, después de su construcción hace muchos años, fue abandonado.

-Y si fue fundada, mejor dicho, si fue nuevamente poblada la región por los años 30, no creo que hubo participación en la guerra de Independencia; pero ¿en la guerra de Reforma, se combatió? -Nuevamente interrogué:

-¡En ambas! Contestó Don Antonio con efusión -. Y continuó:

-La región siempre ha estado habitada. De los 30 viene el origen del nombre de la población, -aclaró -. El Bachiller José Manuel Correa, cura de Nopala, combatió bajo las órdenes del Siervo de la Nación: Don José Maria Morelos. Por sus campañas en esta región la Junta de Zitácuaro le otorgó el grado de Brigadier, comandante de Huichapan y Jilotepec. Más adelante, el grado de Mariscal de Campo. - Aspiró una larga chupada al cigarro Delicados que meneaba entre sus dedos, marcados por el ocre color de la nicotina, antes de continuar:

-Nicolás Romero, el Arquetipo de los Chinacos, llamado también el “León de las Montañas“, combatió en la guerra de Reforma contra la intervención francesa y el imperio de Maximiliano. Es hijo de este municipio... y muchos más, pero estos dos ejemplos de...

- Pero disculpe -. Interrumpí-. Algo me platicó mi novia que por aquí pasaba Don Benito Juárez ... - señalándome una calle y un caserón que no se veía desde la fonda, pero determinando la ubicación con su brazo, encendiendo el tercer cigarro, levantando la mano detuvo mi palabra y continuó:

- La casa de usted esta allí, en esa calle. Era camino de carretas y diligencias. Por aquí pasaba Juárez cuando iba a Querétaro. Efectuaba la remuda en un mesón de Nopala, o en la hacienda de la Hermosa; que todavía existen. La siguiente jornada era hasta San Juan del Río, donde dormía. Cuenta mi padre que cuando pasaba, el pueblo salía a aclamarlo...

Pero si pasaban diligencias y la zona estaba despoblada, sin vigilancia por el estado de guerra, habría muchos asaltos. Ya sea para recabar fondos para la lucha de guerrillas, ya sea por maleantes para provecho personal,- pregunté con cierta intención....

-Había varios caminos rumbo a Querétaro. Este que le señalo. Cerca de aquí el de Jilotepec - Canalejas - Aculco - Palmillas; que se unía al primero. Otro más retirado con mayor vigilancia : Toluca - Acambay - Palmillas. Variando las rutas para evitar asaltos.

- ¿Y no cuentan las leyendas de algún asaltante famoso? , o de un ...- Volví a inquirir-. Pero ahora el me interrumpió:

-¡No es ninguna leyenda...!

-Me platicaba mi padre que los caminos de Jilotepec, Canalejas, Aculco y Acambay, eran asolados por una pandilla de asaltantes. El cabecilla era un chinaco alto, moreno, con prestancia y porte. Se llamaba Francisco del Olivar. Como característica principal que servía para que lo reconocieran, siempre vestía totalmente de negro. Excepto su paliacate rojo, en la cabeza. Asaltaban y venían a esconderse a este cerro donde en una cueva grande se refugiaban. Colocaban un centinela en la cumbre, que podía observar si alguien les perseguía o buscaba.

Tranquilo, fumando, entrecerrando los ojos, continuaba Don Antonio:

- Una tarde , los peones de la hacienda de la Laja, lo vieron pasar. Iba rumbo al cerro. Llevaba en ancas una pequeña caja y como siempre, muy bien armado. Ya entrada la noche, escucharon una detonación muy fuerte que cimbró los techos de los pesebres. Fue en el cerro. Por miedo nadie quiso salir a investigar que sucedió. Ninguna persona se atrevía a subir al cerro por temor que fuera asesinado. Posteriormente descubrieron que la explosión tuvo lugar en la cueva, derrumbándola.

Alcanzó con su mano el vaso de agua mineral, se mojó los labios, reculando la silla y cruzando la pierna, continuó:

- Pasó el tiempo. Nunca más volvieron a ver al chinaco ni a su pandilla. Hemos ido a buscar donde estaba la cueva, pero han pasado más de noventa años. La lluvia, la erosión, los derrumbes; la ocultaron. Quedan vestigios probables de su posición pero costaría mucho remover las tierras.

Nos quedamos callados. Terminó de fumar y marcando una ligera sonrisa, termino la narración.

-Me quito la cachucha ante usted, Don Antonio . ¡Qué hermosa narrativa! Me gustaría cada vez que venga al pueblo platicar con usted... Se aprende mucho. ¡Estas leyendas son apasionantes! . - Algo molesto aclaró:

-¡No son leyendas! ¡Es verídico!...

- Perdón no quise molestarlo, - me disculpé apenado. - ¡Que buena charla de sobremesa nos ha brindado!

El almuerzo estuvo exquisito: Consomé, barbacoa, menudo de borrego, acompañados de tortillas calientes del comal y un vaso de pulque. Terminé la comida con una frase para mi muy familiar, cuando comía mucho:

"¡Ahora si comí, hasta el martes!".

Nos levantamos. Pedí y pagué la cuenta. Nos despedimos. Externaba alegría, pero dentro de mí, no dejaba de pensar en la señora de blanco, ansiando volver a subir al cerro.

-¡Vamos nuevamente al cerro!, quiero subir y caminar para bajar la comida, - le pedí a mi novia -. Ella con alegría pues le gusta mucho caminar, aceptó de inmediato. Al paso conocí, casi en ruinas, la que llamaban la escuela vieja. La mayor parte de los habitantes del pueblo, adultos ya, conocieron en su recinto las primeras letras.

El sol en todo su esplendor, nos pegaba con ganas. En la cima del cerro observaba todos los alrededores, Cuando mi novia, llama mi atención casi gritando:

- ¡Mira hacia allá! . Mi hermano tenia razón cuando decía que se veían. ¡Nunca los había visto! -. Y señalándome hacia el sureste, al fondo, con una gran visibilidad, dado que el día estaba claro, limpio y sólo por el rumbo del Astillero amenazaban una nubes, se veían dos cumbres nevadas.

-¿Son los volcanes? . - Pregunté -.

- ¡Si ! Son el Popocatepetl y el lztaccihuatl. - afirmó mi novia -. Desde esta cumbre se ven perfectamente.

-¡Es increíble! -grité asombrado -. Con razón nuestros antepasados utilizaron esta cumbre como centro ceremonial y observatorio.

Recorrimos las dos cimas. Desde la sur me fue explicando mi novia los pueblos que se divisaban: Acaxochitlán y las rancherías de Temazcales, El Tepeyac, Peñafiel; más al fondo en una zona arbolada: Las Vegas; al poniente: El Capulín, La Hacienda de la Hermosa; en la ladera sur del cerro la Hacienda de Santa Fe y La de la Laja, muy a la izquierda: los Tepetates.

En una bolsa de ixtle llevamos un garrafón con agua de jamaica. Bebimos de él saciando la sed que por el esfuerzo de la subida y el calor reinante, teníamos. Empezó a soplar el viento. - ¡vámonos!. Ya es tarde y amenaza lluvia. Cuando hace tanto calor puede llover torrencialmente. Bajemos ya .- A una indicación de mi novia, asintiendo con la cabeza que estaba de acuerdo, empezamos el regreso. No llevábamos recorrida la cima alta, la del norte, cuando empezó a lloviznar y, justo al inicio de la bajada, se soltó un chaparrón.

Nos refugiamos en un encino bajo, frondoso, que nos protegió algo. Aparrados junto al tronco, noté que el agua corría formando un arroyito muy angosto de unos cinco centímetros; tres metros más abajo se formaba un pequeño remolino vertiéndose el agua en él. Extrañado, no importándome la lluvia me acerqué: El agua como sifón penetraba oyéndose un ruido sordo, como caída. Pensé en una lumbrera donde se purga el aire que desplaza una corriente o venero subterráneo. Pero a esa altura, ¿Cuál corriente? ¿Cuál venero?. Además se oía que caía el agua. 0 sea, había bajo la tierra, una depresión, o una oquedad, o quizá... una cueva.

Bien empapados llegamos a su casa. Me desvestí cubriéndome con una colcha que me prestó, mientras mi novia, secaba la ropa con la plancha.

Ella se cambió de vestido, se arregló y enfundó un suéter entallado que hizo resaltar sus atractivos frontales. Me sentí nervioso.

Comimos en compañía de sus padres. Al terminar vino la esperada plática con su padre, mientras degustábamos otro vaso de curado de ajo.

- ¿Y piensa casarse con mi hija? - De improviso, sin esperarlo me preguntó.- Su mamá fijó la vista en mí.

-Son mis deseos, pero por el momento gano poco. Más o menos 25 pesos diarios. Cuando llegue a los cuarenta creo estar en condiciones económicas para casarme. - Contesté. - ¿A los cuarenta años ? ¿O a los cuarenta pesos ? .- Con mucha seriedad habló -. Yo con una sonrisa nerviosa, asombrado por su ingenio, le contesté que sin duda a los cuarenta pesos.

-Sólo le suplico que la respete, esta muy tierna aún. Y nos respete a nosotros. No por ser tan humildes no tenemos honor.

Respondiéndole que no se preocupara. Que tuviera confianza en mí. El respeto que sentía por ella , reflejaba mis sentimientos y el deseo de hacer las cosas bien.

Me levanté. Eran cerca de las siete de la tarde. Mi novia me carrereaba porque pronto pasaría el tren de regreso a la capital. Pasó por un momento el deseo de quedarme otra noche, pero recordando que tenía compromisos temprano en México, lo deseché. Me despedí de sus padres agradeciendo las atenciones recibidas, y salimos rumbo a la estación.

El tren llegó. Nos besamos concertando cita para vernos en la capital cuando ella regresara a trabajar al término de sus vacaciones.

Abordé el vagón. Con ansiedad busqué entre los pasajeros si viajaba...una señora de blanco.

Salgo de la estación. Abordo el auto y me dirijo a la junta que tengo con funcionarios petroleros. Pero el recuerdo continua.... los vaticinios resultaron ciertos. A los seis meses de ese viaje, me casé con mi novia. Tenemos tres hijos. Todos nacieron bajo el signo de Acuario.

Sus percepciones sobre Maravillas fueron reales... el cerro, el altar en ruinas, los restos otomíes... sobre todo el chinaco. De su mensaje, no hay interpretación o no se ha dado el tiempo de que suceda.

Falta que corriera la aventura de excavar donde posiblemente se encuentre la cueva y encontrar las monedas de oro, para confirmar que todas las videncias de mi casual acompañante, fueron verídicas.

Mientras esto suceda, después de la junta me tomaré un trago en la "Única de Guerrero" a la memoria y al recuerdo de: UNA SEÑORA DE BLANCO.