Las leyendas que se hacen realidad
Cuando yo era muy niño aparte de leer las historietas cómicas y las de lágrimas, risas y amor, siempre me llamaron la atención las tituladas "Las Viejas Historias de la Nueva España", que narraban en una forma muy real las leyendas de espantos, aparecidos y de otras cosas similares que ocurrieron durante los años de la conquista en México. Las ilustraciones, recuerdo, eran magníficas y los relatos escalofriantes.
Pero ha medida que pasó el tiempo, la influencia de la modernidad, la cultura de la música extranjera y los movimientos sociales me hicieron olvidar las historias de brujos, brujas, médiums, hechicería y demás yerbas o hierbas en que nuestra sociedad está inundada. No miento al decir que cada vez que me cae un libro sobre el tema lo leo; o mejor dicho, lo hojeo con atención.
Pero ahora que siendo mi padre el que escribe sobre estos temas y que me ha dado el honor de escribir este prólogo, me he comprometido a refrescar mi memoria sobre los asuntos extrasensoriales que un día me interesaron enormemente.
En este, su segundo libro, mi padre nuevamente bajo el seudónimo de su abuelo Max Villareal, nos trae de una forma muy intrigante las historias que él ha colectado a través de su vida de lo acontecido en las colonias populares de la ciudad de México y de los poblados mencionados en estos cuatro cuentos titulados: "De Angeles, Brujas y Otras Yerbas". Mi padre hace en estos cuentos, lo que él llama “...una retrospección...” de la vida de Maximiliano García Villareal y cómo “...su partida influyó en el destino...” que tenía la vida de mi padre.
Recuerdo que mis tíos me decían que “papá chato”, apodo que Max tenía; siempre “jalaba” a mi padre por todos lados. Lo llevaba a la Villa, a la estación Buenavista, la de ferrocarriles, la cuál tiene conexión vital en “Una Señora de Blanco”, y en fin por todos los barrios de la entonces pequeña ciudad de México de los años cuarenta.
“Una Señora de Blanco” da pie a lo que mi padre vivió en la década de los años sesenta y lo que le contaron, apuntando meticulosamente tanto en su memoria como en su libreta, lo que usted leerá. Los tres hijos mencionados en la señora de blanco, realmente nacieron en el signo de acuario, yo soy uno de ellos. Los comentarios hechos por Max Villareal en este cuento, son creo la opinión general sobre los médiums, las adivinas y las que leen la suerte, pero cuando terceras personas, ajenas a las percepciones de "señoras vestidas de blanco", corroboran lo dicho por ellas, lo dejan a uno "bien frío". ¿Acaso tendrán los poderes que dicen tener? ¿Serán seres dotados de poderes que vienen del más allá? Bueno amigo lector espero que si usted encuentra a una "señora de blanco" antes de huir de ella, la consulte, porque puede anunciarle un buen futuro.
La historia de Xochiatlapalli, realmente me trasladó a los cuentos que leía de las historias de la Nueva España. En este cuento, nos relata lo que puede pasar, o pasa en realidad, lo que le ocurre a los que se van antes de su tiempo, para regresar o permanecer donde fueron forzados a irse de este mundo. ¿Está claro? No creo. Me refiero a los crímenes impunes donde la ley del más fuerte se hace presente. Homicidios cometidos a personas que estaban en plena forma y por órdenes de unos son aniquilados.
Xochiatlapalli, demuestra la vida sumisa de los indígenas de nuestra América. En esta historia se refleja la superioridad del amo y como éste llega a enamorarse de una "india" que llegó a darle hijos, que no pudo tener con su mujer "blanca". Un amor sin futuro que llegó al "más allá" entre dos árboles que simbolizaron sus dos hijos sacrificados. Xochiatlapalli, es asesinada y con el paso de los años, se habla de que aparece en busca de venganza. ¿Creíble o no? "Pétalo de Rosa", el nombre en castellano de Xochiatlapalli en pleno siglo XXI nos traslada a los siglos oscuros de nuestra historia. Este cuento nos pone en punta todos los vellos de la piel.
"El Brujo" al leerlo me remontó a la Avenida del Taller enfrente del parque Venustiano Carranza en la Colonia Obregón de la capital mexicana. Me sorprendió la historia, ya que por la realidad de los personajes, me recuerda la vida de uno de los mejores "cuates" de mi padre, que hasta lo hizo compadre.
Odilón por su mala suerte, de la que hacia tanto alarde, tuvo que recurrir a las "limpias" de personas que ejercen tal oficio. Estando casado su esposa le exigía demasiado. Ésta le fue infiel. Pero él lo supo hasta que ella encontrándose enferma por los efectos de un maleficio, recurrió a los remedios de un "Tío" que Max Villareal menciona en este cuento. Me refiero a una persona que sólo lo llamaban "Tío Juan", pero tenía el mote de "Juan El Hueso", el ser espiritual que Max dedica el cuento de "El Ángel de la Guarda".
La influencia de este tío esta muy marcada en los cuentos de "El Brujo" y "El Ángel de la Guarda". Al leer ambos cuentos trate de encontrar la respuesta a una interrogante: ¿Seré yo un afortunado de las limpias del Tío Juan? Por mucho tiempo se me dijo que yo fui uno de los curados por las limpias que hacia el “tío” tan descrito en "El Brujo". Pero no pude encontrar nada que disipara mi duda. Me acuerdo que conocí a "Juan el Hueso", cuando otro tío lejano de nombre Nahum, que decidió buscar fortuna en Los Angeles California en el curtido de piel, oficio también de “papá chato”, nos visitó. Estando en casa del “Tío Juan” puedo recordar que observé en su biblioteca libros con títulos muy raros para corroborar hoy en día que realmente él y su esposa, la vidente, practicaban cuestiones espirituales relacionadas con las limpias y curaciones por medio de poderes extrasensoriales.
"El Ángel de la Guarda", último cuento de este segundo libro de Max Villareal, nos da respuesta a muchas interrogantes sobre la existencia de espíritus, ángeles, serafines, querubines y toda la corte celestial, ya que muchas veces no sabemos quién nos habla en las noches, quién nos hace cosquillas cuando dormimos solos. Este cuento es un dialogo entre Max y su Guía Espiritual. Hablan los dos de una infinidad de temas, tales como la existencia de vida después de la muerte y sobre el Ser Supremo que muchos llamamos Dios. Me impresionó mucho este cuento ya que nos da mucho que pensar sobre la existencia de mundos paralelos, uno de carácter materialista y muy de placeres carnales y otro donde las almas, nuestros guías, habitan y se podría decir que es un mundo espiritual, al que todos algún día llegaremos. Unos se nos han adelantado y pronto seremos nosotros los que nos adelantaremos a otros.
Queda ante usted "De Angeles, Brujas y Otras Yerbas".
Lorenzo Armando García Álvarez
Estados Unidos de Norteamérica
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